Arrebato
Publicado: Mié Abr 20, 2016 17:58
Tus ojos antiguos y salvajes mirándome.
Tus ojos de belleza sin fin.
Paseamos por los labios húmedos
y nos encerramos en los paraísos privados.
Sintiendo la alegría,
en ésa concreta realidad de vida.
Mirando a Venus, a dios y al ángel caído.
Lo abarcamos todo.
Nada nos separaba del cielo o del infierno.
Tus ojos me devolvieron la locura
hacia las manos inmensas y los dedos finos.
Dedos como serpientes mordiéndome
durante actos sin descanso,
durante eras de sinceridad
en nuestros labios que prendían.
Tus ojos, oscurísimos se pusieron
cuando la noche
era aún joven y hermosa,
y tu rostro se relajaba dulce
cuando yo inventaba tu sexo.
Ojos de antigüedad.
Manos de inquietud.
Cogiendo tus manos una y otra vez.
Tus manos, tus pensamientos,
tus cartas boca arriba,
tus sentimientos marcados en mi espalda.
Pasamos cogidos de las manos de Stanley Kubrick
hacia algún lugar sin nombre conocido.
Besamos pero mucho más.
Sonreímos pero muchísimo más.
Mirando hacia Venus cuando caía el sudor.
Y llegando cantos de pájaros
soñamos ser música.
Ejecutado por tus manos,
¿cómo no desear morir en este instante?
Y luego hacia otros tránsitos,
otros universos se abrieron,
tu cuerpo fue distinto a cada momento,
me extasiaba tu piel estremecida,
me ardía el corazón
debajo de la piel.
Sólo quería no acabar
y hacer perdurar esas horas
tan mágicas e intensas
como ahora las recuerdo.
Lástima que estés tan lejos!!!
Y aún así puedo verte,
acariciarte, beberte,
atraerte, divertirte,
enloquecerte y
llenarte con mi ansia.
Y sé que me sientes.
Como yo te siento ahora.
Me daré placer
cerrando los ojos.
Mis manos serán las tuyas.
Mis labios serán los mismos
que te llevaron ante dios.
Y, luego, cuando acabe
te seguiré pensando.
Tus ojos de belleza sin fin.
Paseamos por los labios húmedos
y nos encerramos en los paraísos privados.
Sintiendo la alegría,
en ésa concreta realidad de vida.
Mirando a Venus, a dios y al ángel caído.
Lo abarcamos todo.
Nada nos separaba del cielo o del infierno.
Tus ojos me devolvieron la locura
hacia las manos inmensas y los dedos finos.
Dedos como serpientes mordiéndome
durante actos sin descanso,
durante eras de sinceridad
en nuestros labios que prendían.
Tus ojos, oscurísimos se pusieron
cuando la noche
era aún joven y hermosa,
y tu rostro se relajaba dulce
cuando yo inventaba tu sexo.
Ojos de antigüedad.
Manos de inquietud.
Cogiendo tus manos una y otra vez.
Tus manos, tus pensamientos,
tus cartas boca arriba,
tus sentimientos marcados en mi espalda.
Pasamos cogidos de las manos de Stanley Kubrick
hacia algún lugar sin nombre conocido.
Besamos pero mucho más.
Sonreímos pero muchísimo más.
Mirando hacia Venus cuando caía el sudor.
Y llegando cantos de pájaros
soñamos ser música.
Ejecutado por tus manos,
¿cómo no desear morir en este instante?
Y luego hacia otros tránsitos,
otros universos se abrieron,
tu cuerpo fue distinto a cada momento,
me extasiaba tu piel estremecida,
me ardía el corazón
debajo de la piel.
Sólo quería no acabar
y hacer perdurar esas horas
tan mágicas e intensas
como ahora las recuerdo.
Lástima que estés tan lejos!!!
Y aún así puedo verte,
acariciarte, beberte,
atraerte, divertirte,
enloquecerte y
llenarte con mi ansia.
Y sé que me sientes.
Como yo te siento ahora.
Me daré placer
cerrando los ojos.
Mis manos serán las tuyas.
Mis labios serán los mismos
que te llevaron ante dios.
Y, luego, cuando acabe
te seguiré pensando.