En busca de la inmortalidad!

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Christ_Velan
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En busca de la inmortalidad!

Mensaje por Christ_Velan » Sab Jun 07, 2008 00:38

   
 


Poema=En busca de la inmortalidad!

La búsqueda de la inmortalidad es uno de los retos que más desafían a la sociedad del siglo XXI, sin embargo como lo sugieren numerosas historias taoístas, existen hombres que podrían saber desde hace milenios como vencer a la muerte física. "Voy a unir mi luz con la del Sol y la de la Luna, y a participar en la permanencia del Cielo y de la Tierra. ¡Aunque todos los hombres murieran, yo sólo permanecería!". Dichas estas palabras, pronunciadas por el legendario sabio chino Kuang Cheng Tsé, que a pesar de haber cumplido los mil años, según las leyendas, había conservado todo su vigor físico, permaneció inmóvil y dejó que su cuerpo diamantino, atesorado durante una larga vida de sacrificios, fuera a unirse con la Esencia Visible, mientras su cuerpo físico desapareció como una nube de polvo. Esta es la forma en que alcanzaban la inmortalidad los antiguos sabios chinos. Algo que nada tiene que ver con la pervivencia trascendente concedida al espíritu, tras la muerte del cuerpo, por algunas religiones como la hebrea o la cristiana; ni con la reencarnación budista, ni siquiera con la intencionada, como en el caso del Dalai-Lama. Va también mucho más allá del logro de una vida sana y longeva, de la pervivencia de la carne y de la sangre. La inmortalidad taoísta, conocida como "física"o "iniciática", está basada en una creencia fabulosa, surgida probablemente de las técnicas de éxtasis chamánicas, que arraigó en tiempos remotos en China, donde todavía sigue vigente, para filtrarse después a la India y de allí a otras corrientes esotéricas occidentales. Según ésta, entre las sustancias externas, o en el interior del ser humano, existe un elixir mágico que puede hacernos vencer a la muerte... si sabemos hallarlo. Dicha pócima tendría el prodigioso poder de transfigurar nuestro cuerpo físico en un nuevo ente de luz, semejante al que Jesucristo mostró a sus discípulos en el monte Tabor. Este cuerpo traslúcido podría desmaterializarse y rematerializarse donde y cuando su dueño lo creyera oportuno, por lo que éste poseería el don de la ubicuidad y la invisibilidad. Como se dice en el tratado taoísta Pao-p’ u tzu, escrito por Ke Hung en el 317 d.C., la nueva condición suprahumana del adepto de dotaría también de un estado de ingravidez tal que podría caminar con facilidad sobre el agua y el fuego. La obtención de ese cuerpo opalino va unida además a un estado de armonía completa con el incesante fluir del Universo y, quizá por ello, el inmortal taoísta puede viajar en un segundo hasta las estrellas, convertirse en una nube o en cualquier otro ser, como una ballena o un pájaro. Por último, liberado del espacio y del tiempo, es capaz de burlar a la muerte y abandonar el plano de las apariencias sensibles -definitiva o transitoriamente- para unirse con la Esencía Invisible como la Ciudad de los Inmortales, de la que puede regresar todo cuando lo desee. En China, donde todavía hoy los sabios eremitas reciben el tratamiento de Inmortales, proliferan las historias sobre sus hazañas de la forma, en que se asegura dejan este mundo. Es cierto que algunas veces simplemente desaparecen en las montañas y nadie vuelve a saber de ellos, pero en otras ocasiones lo hacen de forma espectacular, montados sobre un dragón alado, o cabalgando en una grulla, como se cuenta acerca de algunos de los Cinco Emperadores Sabios. Otras veces se sientan inmóviles en la posición del loto y meditan hasta que su cuerpo presenta los signos de la muerte. Tras ello, pueden pasar varias cosas: se volatilizan, como en el caso de Tsé -o como lo hizo Buda-; o dejan tras de sí sólo las partes más etéreas de su cuerpo, cabellos o uñas. También pueden empequeñecer y rejuvenecer notablemente, como le ocurrió al eremita tibetano Milarepa, que vivió en el siglo XIII y alcanzó la ingravidez total tras prolongados ayunos. Sus discípulos, preocupados al verle empequeñecer muy deprisa, quisieron quemarle y realizar la ceremonia fúnebre, pero su cuerpo se negó a arder en la pira hasta que su alumno predilecto, Rectchung, no acudió a homenajearle..... ... Pero ¿podemos dar crédito a este tipo de situaciones?... En nuestra siguiente edición concluiremos con el interesante tema de: "En busca de la inmortalidad" NO SE LA PIERDA!! Este tipo de desapariciones milagrosas es común a otras tradiciones que comparten la creencia en la inmortalidad física y recuerdan mucho a la forma en que desaparecen los brujos yaquis. O a la manera en que desaparecieron Enoch, arrebatado por una boda de fuego que cayó del cielo, o Elías, quien lo hizo en una carroza voladora. El propio Jesucristo y la Virgen María ascendieron a los cielos envueltos en una gran luz. Y así mismo hay una larga tradición de místicos y santos cuyo cuerpo ha presentado durante la vida, o en el momento de la muerte, una aureola luminiscente, como en el caso de Catalina de Siena o Santa Teresa. ¿A caso habían desarrollado el cuerpo diamantino del que hablan los taoístas? Por otro lado, también en Occidente hubo algunos magos, cabalistas o alquimistas que insinuaron tener el secreto de la inmortalidad y desaparecieron misteriosamente. Tenemos, por ejemplo, a Apolonio de Tania, de quien dicen que llegó a esfumarse literalmente mientras le estaban juzgando por delitos que no había cometido, o al conde de Saint Germain, quien aseguraba poseer el secreto de la eterna juventud y saber transformar los cristales en piedras preciosas. Tanto su procedencia como su muerte siguen siendo hoy un enigma. Por último, mencionaremos a Fulcanelli, el alquimista de quien se dice que en 1930, ya casi centenario, desapareció ante sus discípulos tras ingerir un misterioso elixir. Veinte años más tarde, su alumno Canseliete aseguró haberle visto en Sevilla todavía vivo en Sevilla y muy rejuvenecido. Pero ¿podemos dar crédito a tan extraordinarios relatos? ¿Se trata de verdaderos fenómenos o son tan sólo metáforas que intentan explicar la unión mística y trascendente con el Tao, Dios, o como quiera llamarse al Principio Creador? Y, en cualquier caso, ya sea inmortalidad física o mística ¿qué camino lleva a tan increíble logro? Para el experto en religiones orientales John Blofeld, "la prodigiosa transformación corporal taoísta es tan sólo una ficción inventada para guardar el conocimiento secreto del sabio. La inmortalidad alcanzada por los taoístas habría sido básicamente mística; pero para comprender "que su cuerpo no es sino la cáscara del puro espíritu y estar dispuesto a separarse de él en el momento de la muerte", el taoísta tiene que dedicar su vida al intento de purificar el cuerpo y desprenderse de pasiones y deseos para llegar a encontrarse cara a cara con su auténtico yo. Es lógico que la posibilidad de transmutar el cuerpo físico en un cuerpo de luz parezca inverosímil a los occidentales, incluso a los más abiertos de mente, pues primero la religión y después la ciencia han dividido siempre materia y espíritu en una dualidad irreconciliable. Vencer a la muerte es uno de los retos de nuestra sociedad, y si algunos Taoístas, Alquimistas o Lamas, verdaderamente encontraron la clave de la pervivencia física, ese el como lo hicieron, sigue siendo uno de los muchos Enigmas y Misterios de nuestros tiempos. -

Christ_Velan


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Cubabella
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Re: En busca de la inmortalidad!

Mensaje por Cubabella » Sab Jun 07, 2008 21:39

Crist
Sencillamente no existe la inmortalidad
seguiran estudiando pero el hombre nace y muere
como ley inviolable de la vida.

Muy buena prosa amigo marcianito
me gusto leerte.

Un abrazo cubano
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