Confesiones inconfesables

[Febarsal]

No me extraña que te haya sorprendido "mi confesión"; pero más me ha sorprendido a mí el haberte contado algo tan íntimo, que nadie de mi entorno familiar y social conoce, y aunque no arrepentido, no sé si he hecho bien en desvelar algo que sólo pertenece a mi vida privada. Ha sido cómo un impulso de compartir con una amiga algo tan introspectivo, esperando respuestas positivas hacia algo considerado pecaminoso durante tantos años.
La paradoja, es que tengo fama de ser un empedernido mujeriego, y de alguna forma lo soy, ya que por mi tálamo han pasado decenas de mujeres con las que mantuve relaciones superficiales, y con algunas tan profundas que varias veces me plantee la separación matrimonial.
Me fascina el mundo femenino, y uno de mis traumas es no haber nacido mujer. Ya de púber me ponía las braguitas de mi hermana o de una prima que vivió con nosotros durante un tiempo, y me sentía una linda mujercita; y a un amiguito del barrio algo mayor que yo, le masturbaba, lo cual me producía gratas emociones.
Ya de mayor, mi aspecto era la de un joven apuesto y varonil, lo cual lo asumí como lo natural en aquella época, y me dedique a ejercer de "macho" cuando en lo más hondo de mis sentidos, vivía una hembra.
Y así transcurría mi vida, hasta que a los 23 años conocí a una chica de la que me enamoré tal ciegamente (pues aquel amor fue más ciego que apasionado) que me hizo olvidar mi faceta femenina para que emergiera la de un hombre enamorado de una mujer con la cual sentí hondas emociones varoniles; ya que "era virgen" en experimentar esos placeres tan gratificantes; los cuales me indicaron que mi alma no era femenina, sino masculina.
Y a pesar de sufrir una terrible decepción por su abandono, decidí seguir el camino que debe seguir un hombre, y me sumergí en la vorágine del sexo con mujeres olvidando totalmente mi faceta femenina, hasta que conocía a la mujer más maravillosa que puso el Destino en mi camino, y que no me la merecía, (ni me la sigo mereciendo), pues ella ha sido el gran sostén de mi vida (y lo sigue siendo), que me hizo (y me sigue haciendo) inmensamente feliz. Pero...
... Vislumbrando la senectud, cuando al cuerpo de hombre le has sacado todo su provecho...
... Cuando tu sexo se niega a ser el compañero de cama...
....Cuando el "macho" que creía que vivía en ti muere tras varios intentos fallidos de ser "aquel que fue...
... Cuando la mujer que amas en su escala de valores el sexo ya no figura en la misma...
...Vuelve tu instinto femíneo, y deseas seguir viviendo las emociones que genera el alma femenina... Y te das cuenta, que, el verdadero amor es el que siente la mujer... El amor por encima del sexo, y por encima de todas las pasiones, ya que el alma femenina no concibe el sexo sin amor...
...Y sintiéndote mujer, deseas vivir esa maravillosa sensación de ser poseída por un hombre... y sueñas con ello... "y se te humedece el cerebro como el sexo de una jovencita..." y el final irremisible es caer en sus brazos...
Sin embargo y a pesar de... no olvido mi verdadero estado... Para "profundizar" en lo más hondo e íntimo de la mujer que deseas; porque deseo a esa mujer, a aquella que a pesar de darme tanto dolor, si me concedió los primeros placeres de mi vida. Y volvería a ser aquel joven apuesto que a pesar de su inexperiencia intentó hacerla dichosa en aquellos momentos...
... Pero el tiempo es inexorable por muy detenido que esté en mi mente... ¡Pobre de mí! Si ya nada le puedo ofrecer... Pero cómo soñar es volver a vivir... Sueño que algún día... "cómo aquel día..." la vuelva a tener entre mis brazos...
... Pero como dice la canción... "Somos un sueño imposible que busca la noche..."