La cordillera andina, celosa dejo emprender el vuelo a 46 pasajeros recelosa con un beso los sumergió en ensueño eterno.
Recelosa cordillera andina, que se niega a entregar sus cuerpos, los tiene con singular esmero entre tus faldas hasta que llegue el día de recibirles entre sus entrañas.
El cielo llora, la tristeza es honda, no distingue nacionalidad o credo hoy son un solo corazón unidos por el dolor
Entre neblina y aciago frio envuelve la nostalgia de sueños interrumpidos que en instantes dejaron de existir y yacen en cuerpos inertes
Vuelan los Cóndores al cielo eterno, volaron en día soleado y en el reflejo del sol yace su recuerdo, y a brisa besara en su nombre a sus seres queridos.
Mérida-Venezuela, 23/02/08
María Auxiliadora Fernández Velásquez
Recelosa cordillera andina, que se niega a entregar sus cuerpos, los tiene con singular esmero entre tus faldas hasta que llegue el día de recibirles entre sus entrañas.
El cielo llora, la tristeza es honda, no distingue nacionalidad o credo hoy son un solo corazón unidos por el dolor
Entre neblina y aciago frio envuelve la nostalgia de sueños interrumpidos que en instantes dejaron de existir y yacen en cuerpos inertes
Vuelan los Cóndores al cielo eterno, volaron en día soleado y en el reflejo del sol yace su recuerdo, y a brisa besara en su nombre a sus seres queridos.
Mérida-Venezuela, 23/02/08
María Auxiliadora Fernández Velásquez