¡PUEDO VER! ¿Porqué esta desazón? Viene como en oleadas el dolor, de no saber porque soy y para quién. Pero después de este pinchazo de confusión, yo te pienso y sé de tus ojos soberanos, y nuestro andar entre uvas al sol, y hay tibieza de verano, y fe en una paz secreta naciendo de los dos. Corre un río de sueños... Se aquietó la mar, fue arrancado el velo y puedo ver, porqué estoy y para quién. INGRID ZETTERBERG Dedicado a mi amado Señor Jesucristo Todos los derechos reservados S.C. Cta. Nº 1107040430657 ![]() |