Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

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Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Vie Ene 04, 2008 18:55

Cómo hablar en público: Curso Gratis de Oratoria y Expresión Oral
Hablar en público es uno de los mayores temores de la mayoría de las personas, pero sólo porque desconocen las técnicas básicas para vencer el miedo a la exposición ante otras personas y dirigirse a ellas de manera que no sólo nos entiendan, sino también que sean convencidas por lo que decimos. Aquí te enseñamos esas técnicas.

Cómo hablar en público: Curso Gratis de Oratoria y Expresión Oral

Descripción y objetivos del curso


Hablar en público es uno de los mayores temores de la mayoría de las personas, pero sólo porque desconocen las técnicas básicas para vencer el miedo a la exposición ante otras personas y dirigirse a ellas de manera que no sólo nos entiendan, sino también que sean convencidas por lo que decimos. Aquí te enseñamos esas técnicas...

Maneras efectivas de combatir el miedo a hablar en público

1. Vencer el temor


Usted se encuentra en su oficina realizando las tareas básicas de todos los días. De repente suena el teléfono.
Atiende y escucha del otro lado la voz de su jefe que un poco alterado y nervioso le dice: “Necesito que haga una presentación sobre el nuevo producto que vamos a lanzar al mercado, y el único capacitado para hacerla es usted”. Cuelga el teléfono y un mundo de sensaciones comienza a invadirlo.
Desde el orgullo por ser el único calificado en la empresa para hacer esa presentación hasta el pánico total por no saber cómo hacerla.

Pero no se preocupe. Simplemente siga los consejos que a continuación le brindamos para que ese pánico desaparezca.

Para ser sinceros, no hay mejor manera de vencer el temor que estar bien preparados para lo que vamos a decir. Es como en todo orden la vida, cuanto más listos estamos y menos dudas sobre lo que vamos a hacer tenemos, mas posibilidades de no cometer errores y enfrentar a la situación sin sufrir un ataque de pánico tendremos.
Cuanto más cómodos estemos con nuestro discurso, mejor papel haremos en el momento crucial de la presentación.

La regla más importante para hablar en público, entonces, es saber muy bien de qué se está hablando. Quizás le suene obvio, pero lo cierto es que la mayoría de los oradores que tienen dificultades para hablar en público, no tiene tampoco una idea clara de lo que quieren transmitir a su audiencia.
Luego, tenga en cuenta los siguientes puntos:


Comience por relajarse

Lo más importante será que comience a relajarse. Descargar tensiones es muy importante para que sus palabras salgan fluidas y usted no esté tenso cuando finalmente se pare frente a la audiencia.

Todas las personas sienten un cierto miedo escénico antes de salir a hablar frente a una cierta cantidad de público. El que realmente no lo siente es porque no está capacitado para hacerlo.

Lo único importante es saber qué es lo está sintiendo y poder manejarlo.
Sobre todo, acepte la sensación de temor (no intente negarla o ignorarla), pero sin preocuparse por ella.

Cuando vea que comienza a sentir nervios, no tenga “miedo a tener miedo” (eso solo hará que se sienta peor). En lugar de ello, reformule lo que siente: no piense que es algo malo, tómelo solo como el momento de aceleración del motor antes de que den bandera de largada.

a. Si puede encontrar un lugar para estar arriba solo, de pequeños saltitos o pise muy fuerte con cada pie para descargar tensiones, y no estar demasiado excitado.
b. Sacuda las manos y apriete y descomprima los puños repetitivamente. Esto le evitará que sacuda sus manos demasiado. Si cree que podría temblar, simplemente apóyese en el escritorio o en el podio mientras habla.
c. Cuando no lo vean, saque la lengua, abra los ojos y abra también la boca todo lo que pueda, y entonces haga lo inverso para achicar la cara todo lo posible. Todo esto le relajará los músculos de su cara entera.
d. Respire profundamente y haga un sonido pequeño, como tararear, durante su exhalación, para tranquilizarse y además calentar su voz.
e. Imagínese en un lugar ideal, seguro, soñado. Nada lo puede dañar mientras esté en medio de ello. Intente mantener esta imagen mientras esté sobre el escenario.

Esto es lo relacionado con lo estrictamente físico. Ahora, por el lado de lo psicológico, un truco que puede resultar especialmente útil (y dejando de lado el de imaginarse a la audiencia desnuda, que ha sido comentado en toda serie y programa de televisión habido y por haber) es pretender que uno se encuentre solo, en frente de un espejo, sin publico, simplemente haciendo un ensayo de lo que se va a decir.


Otra manera efectiva de combatir el temor

Una manera eficaz de quitarse de encima esa sensación de miedo escénico antes de salir a dar una presentación es la visualización.

¿En qué consiste? :


Recuerde un acontecimiento del pasado que le cause emociones positivas. Por ejemplo, cuando se enamoró por primera vez, el nacimiento de su hijo, un ascenso en el trabajo, o cualquier otro hecho que le cause placer. Trate de acordarse de todo lo que pueda de ese momento, ya sea los recuerdos visuales, auditivos, sentimientos físicos, etc.

Seguramente se sentirá mejor antes de salir “a escena”, y todo con un simple proceso de recuerdo.
Este proceso es la base de la visualización, que se puede utilizar tanto para lograr un alto grado de concentración como para cambiar el estado mental y anímico ante una situación determinada.

La visualización efectiva no es más que una manera de convencer al cerebro que algo imaginado es real. Cuanto más vívidos sean nuestros recuerdos más plenos nos sentiremos.

Pero debe tener en cuenta que la visualización no funciona si usted trata de creer algo que realmente es imposible de realizar o que jamás haya vivido.

A medida que vaya desarrollando esta capacidad de visualización positiva notará como mejorará su autoestima y su seguridad a la hora de hacer una presentación.
Última edición por sonny el Sab Ene 05, 2008 05:09, editado 2 veces en total.

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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Vie Ene 04, 2008 18:59

Manos a la obra

1- Márquese objetivos realistas, y vaya trabajando los mismos a medida que se va convenciendo de que son posibles.
2- Concéntrese en usted mismo, en sus lo que hace y en lo que siente. A medida que el momento de la presentación se va acercando, imagínese (es decir, “arme” una imagen mental) a usted mismo dando una presentación cada vez mejor, segura y sin temor.
3- Repítase que se esforzará al máximo en esta presentación, que todo va a resultar bien, y que usted se merece que sea un éxito.
4- Intente imaginar todas las imágenes y sensaciones positivos posibles sobre su papel en la presentación.

Aunque parezca una tontería (muchos piensan así al leer esto por primera vez) o se sienta extraño al comenzar a realizarla, a medida que la practique con regularidad se sorprenderá por el grado de confianza en usted mismo que le permitirá lograr esta técnica.

Una manera efectiva aumentar el poder de este ejercicio, es familiarizarse con el lugar donde usted va a hablar.
No siempre es posible lograr esto pero si usted tiene la posibilidad de conocer el lugar donde va a hacer su presentación, no lo dude y conózcalo previamente. Camine por el lugar, fíjese cuantas sillas tiene, haga lo que sea necesario para que su visualización sea más completa aún.

Una vez que empiece a utilizar esta técnica con regularidad, notará grandes cambios en su mente y en su alma, y al cabo de unos días ese pánico inicial que usted tenía se transformará en ansiedad por llevar a cabo esa presentación exitosamente cuanto antes.


2. El público es su amigo

Imite a los que saben


Otra manera de perder el temor y lograr buenas presentaciones es tomar como ejemplo a las personas que usted admira ya sea en la vida diaria o dentro de la empresa y ponerse en su lugar, para establecer cómo resolvería esa situación si fuera esa persona (sobre todo si es un buen presentador, o un buen orador).

Sépalo, el público es su amigo

La audiencia estará allí generalmente porque tendrá interés en lo que usted dice, y querrá oír todo lo que exprese. Por eso, querrá que lo haga bien. No piense en una audiencia como algún tipo de bloque hostil sin humanidad, piensa en ella simplemente como lo que son: un grupo de personas como usted.
Intente hacer un contacto visual con una persona a la vez, hablándole personalmente a ella, sin pensar en ese momento en los demás. Trate, si la situación lo permite, de incluir y hacer participar a su audiencia para utilizar sus respuestas como guía en su discurso.


Nadie se ha muerto por hablar en público

¿Ha oído alguna de vez de alguien que agonice en el podio? Nosotros no. Y usted tampoco vomitará, perderá sus pantalones, se olvidará su nombre o se volverá mudo. Estas son todas cosas que frecuentemente fantasea cualquier persona que, sin experiencia, tiene que hablar ante un grupo de gente. El futbolista argentino Jorge Valdano lo describía como “miedo escénico”. El mismo es perfectamente normal, pero es sólo eso, un temor, y no una realidad.

Usted es el mejor

Lo último es estar muy seguro de sí mismo. Saber que la presentación será un éxito. Convencerse de que uno es el mejor orador en ese momento dado y que conquistará a la audiencia con sus palabras.

Temblores pre-discurso

Si pese a todo antes de dar nuestro discurso nos sentimos como en medio de un terremoto y no podemos dejar de temblar, si los nervios nos superan y ponen nuestra mente en blanco, tratemos de seguir un par de ideas que nos pueden ayudar a evitar el nerviosismo extremo de la situación.

Por un lado, evitemos la cafeína tanto como sea posible en las horas previas al momento en que tenemos que hablar en publico. La cafeína es un estimulante menor y todos sabemos el tipo de efecto que tiene en el organismo del ser humano. Por lo tanto, tratemos de evitar el café, el té, las gaseosas y toda bebida con cafeína. Es mucho mejor tomar agua o jugo.
Y, por otro lado, olvidémonos de nuestro discurso tanto como sea posible (totalmente, si esta en nuestro poder) en los momentos previos al gran momento. Esto calmara nuestros nervios y, si realmente nos hemos preparado a conciencia y sabemos lo que tenemos que hacer y decir, en el momento de dar el discurso todo volverá a nuestra cabeza y no tendremos ningún problema.


Estoy nervioso, ¿lo confieso públicamente?

Hay quienes recomiendan admitir en público “Sí, estoy nervioso,” como una manera de descargar la tensión.


Pero, ¿no sería mejor dar una imagen profesional cada vez que enfrenta al mundo, aún cuando sus rodillas estén temblando?.
Además, su audiencia tiene el derecho de esperar que usted enfoque el asunto con claridad y seguridad.

Cuando se encuentre ofreciendo una conferencia, tenga en claro que las audiencias están pagando, al menos, con su tiempo. Probablemente pasen por alto si su voz tiembla un poco. Lo que quieren es información sólida y un poco de inspiración.

Lo peor no son los oradores que se muestran nerviosos, sino los que dicen “Tengo que disculparme, pero no he tenido tiempo de revisar este punto...” Asimismo, suelen perder credibilidad cuando hacen bromas acerca de su propia falta de conocimiento o del grado de somnolencia del público.


En suma

Hablar en público no es una ciencia de expertos, ni un don de unos pocos. Si sigue estos puntos, práctica, y empieza a desterrar los temores, verá que será muy fácil, y que el público al que le hable lo ayudará y le dará confianza. Para ese entonces, seguramente descubrirá que ser un disertante puede ser algo muy satisfactorio.

3. Auto-programación en positivo

Auto-programación en positivo

Esta es una técnica de auto-programación en positivo, de autoayuda, a través del uso de la técnica de visualización.

Los pasos a seguir son simples y deben leerse con atención:


1-Siéntese cómodamente en un lugar confortable, o bien, simplemente acuéstese en una cama, preferentemente sin almohada.
2-Cierre los ojos, coloque sus piernas extendidas y los brazos al lado del cuerpo.
3-Respire profundamente y expire con fuerza, repita esta secuencia varias veces, y luego vuelva a su respiración normal.
4-Trate de poner su mente en blanco, no piense en nada, cuando logre esta situación, empezamos con la programación.
5-Comience contando de 1 a 10, entre número y número respire y exhale lentamente. Comience nuevamente de 1 pero esta vez hasta 9, respirando lentamente como antes, la próxima vez llegara al 8 y así sucesivamente hasta que llegue al 1.
6-Ahora vamos a poner en nuestra mente todo lo que deseamos, imaginemos que logramos nuestros sueños, deseos. Objetivos y deseemos con toda nuestra fuerza que se cumplan. Por ejemplo: puede visualizar la oficina donde usted va a la entrevista de trabajo o a solicitar el empleo, ve que lo atiende la secretaria o el jefe, se ve a usted mismo hablar con ellos y sintiéndose a gusto en esa situación, imagine cada detalle... y sienta agrado y satisfacción por estar en esa situación...
7-Comience ahora a contar del 1 al 5, lentamente, respirando y exhalando profundamente entre número y número, al llegar a 5 abrirá los ojos y se sentirá feliz y tranquilo.


Observación: esta visualización debe realizarse entre 2 a 3 veces por día para obtener los resultados esperados.

4. Superar el estrés y programarnos para el éxito

Superar el estrés y programarnos para el éxito


Cuando trabajamos con una estado de ánimo especial, por ejemplo furiosos, alegres, optimistas o indiferentes, el resultado se ve plasmado de inmediato en los resultados que obtenemos.

Lo que debemos lograr, es que nuesta mente adquiera la capacidad de reproducir fielmente en su entorno el reflejo de lo que queremos lograr.
El éxito externo depende en gran medida de quien lo busca.
Los factores externos puede ser una conjunción más o menos negativa o positiva en un momento dado, pero la voluntad personal suele ser más poderosa que todos los signos negativos.

Aquí les proponemos un ejercicio de visualización, que hemos llamado la meditación de la Luna.
Repítalo cada tres días, para incrementar su confianza, obtener energía y allanar los inconvenientes del entorno:

• Concéntrese en su respiración, con los ojos cerrados.
• Visualice una luz sobre su cabeza.
• Vea como esta luz se va expandiendo sobre su cara, sus hombros, su pecho, donde se concentra y le da tibieza y energía
• Sienta como esta luz penetra en su pecho y recorre todo su interior a través de la circulación de la sangre.
• Se desliza por la pelvis, las piernas, llega hasta los pies.
• Todo su interior físico se ha cargado de luz y energía que poco a poco invade los canales espirituales a través del interior y del exterior de su cuerpo.
• Ahora visualice un desierto. Usted está parado en medio de éste justo en el momento que el sol se oculta en el horizonte y da lugar a un cielo brillante de luna
que parece llenarlo con su luz.
• Véase absorber la luz de esa luna perfecta.
• Aparece un caballo blanco y fuerte, que se permite montar por usted y la lleva hacia esa luna.
• Aparece un pueblo dormido, donde usted se baja del caballo, y sigue caminando solo hasta que aparece una mujer.
• Es una anciana que suavemente le entrega una medalla dónde se destaca de un lado la figura de la luna, y del otro lado la figura del caballo encabritado y poderoso
• Guarde la medalla y siga caminando hasta salir del pueblo.
• Llegará en breve a una playa, que recorre hasta la orilla del mar.
• Entre a ese mar transparente hasta que el agua llegue a su cintura. Sentirá el calor de la medalla. Verá el fondo del mar y la luna en el cielo alumbrando su camino. Respire hondo y sumérjase en ese mar. Sienta nuevamente el calor de la medalla y
comience a volver, con la energía del mar, de la luna, del caballo, de la luz dentro y fuera de su cuerpo y la imagen de la medalla.
• Respire muy hondo tres veces y abra lentamente sus ojos.
Última edición por sonny el Sab Ene 05, 2008 04:23, editado 1 vez en total.

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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Vie Ene 04, 2008 19:31

5. Técnicas para calmarse y relajarse

Técnicas para calmarse y relajarse


El aprendizaje de estas técnicas requiere de toda la atención, y para ello hay que evitar todo lo que pueda distraernos.
Para acostumbrarnos es necesario uno dos o tres semanas de practica.
Una vez que nuestro cuerpo y mente hayan aprendido a relajarse, podemos hacerlo en cualquier momento que lo deseemos.
Debemos regalarnos un tiempo diario de 20 o 25 minutos. Buscar un lugar donde no nos molesten, ni nos distraigan. Un buen momento para aplicarlas las técnicas de relajación es cuando nos acostamos, y también cuando estamos preocupados o doloridos.


Respiración

Los ejercicios de respiración profunda ayudan a relajarnos. En caso de dolor, junto con la medicación, estos ejercicios son de gran utilidad.
Lo primero es aprender a respirar, a usar plenamente los pulmones y estar consciente del ritmo de nuestra respiración. Para lograrlo estos son los pasos a seguir:


1) Respiremos lenta y profundamente.
2) Cuando sacamos el aire, observemos como se relaja nuestro cuerpo, como cede la tensión.
3) Ahora respiremos rítmicamente de una manera que nos resulte natural.
4) Para ayudarnos a concentrarnos en la respiración podemos decir en silencio.’’Inspirar, uno, dos’’,’’exhalar, uno, dos’’. Cada vez que exhalamos o soltamos el aire podemos repetir en silencio una palabra que nos ayude a relajarnos: ‘’paz’’,’’tranquilidad’’ o ‘’me sereno, me estoy serenando’’, por ejemplo.
5) Realicemos los pasos uno al cuatro una vez y repitamos los pasos tres y cuatro durante veinte minutos.
6) Finalmente, suspiremos lenta y profundamente. Digamos en silencio ‘’me siento tranquilo-a ‘’me siento relajado-a, ‘’estoy sereno/a”.


Relajación

Frente a situaciones difíciles el cuerpo reacciona poniendo los músculos tensos o apretados. Esto causa dolor o molestias.
La relajación es lo opuesto a la reacción natural que se provoca en el cuerpo cuando estamos tensos. Con elle, el corazón late mas despacio, la respiración se vuelve mas lenta, baja la presión sanguínea y se calma la tensión de los músculos.
A su vez, la relajación profunda de los músculos reduce la tensión del cuerpo y también la ansiedad mental. Aprender a distender progresivamente los músculos nos ayudara a relajarnos, y, en algunos casos, a dormir mejor.


Técnica de relajación

1. Siéntese tranquilamente en una posición cómoda, con los ojos cerrados. Si lo prefiere puede ser acostado.
2. Respire profunda y lentamente y relaje los músculos de la cara, el cuello, los , hombros, la espalda, el pecho, el estomago, las nalgas, , las piernas, los brazos y los pies.
3. Preste atención la respiración. Una vez que haya logrado concentrarse en la respiración empiece a decir ‘’uno’’ (o cualquier otra palabra o frase) en voz baja o alta, cada vez que suelte el aire. Si es necesario en lugar de usar una palabra puede utilizar una imagen placentera. Lo importante es no distraerse o ponerse a pensar en otra cosa. En este momento solo existe usted y el trabajo que realiza para sentirse mejor.
4. Cada vez que aparezca un pensamiento que lo distraiga, déjelo pasar, como pasan las nubes en el cielo. No se aferre. Trate de permanecer en este estado de 10 a 20 minutos.
5. Quédese en la misma posición hasta que este listo para abrir los ojos. Hágalo lentamente, tómese todo el tiempo que necesite. Estírese, desperécese.
6. Observe como ha cambiado su respiración y su pulso


No se preocupe si no logra relajarse profundamente. Lo importante de este ejercicio es permanecer en calma y no dejar que sus pensamientos o preocupaciones lo distraigan. Concéntrense en la técnica. Cuando tenga la rutina establecida le resultará mucho mas sencillo, placentero y efectivo.
Última edición por sonny el Sab Ene 05, 2008 04:24, editado 1 vez en total.

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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Sab Ene 05, 2008 01:26

6. Ejercicios para el temor a correr riesgos

Ejercicios para el temor a correr riesgos

Primer ejercicio: Tome un papel en blanco y descríbalos, luego quemen el papel.
O imaginen que lo escriben y queman.


Segundo ejercicio: Sentadas, manos con palmas hacia arriba, ojos cerrados, inspirar profundamente. Imagine un océano con olas que van y vienen y exhale los miedos, como si el océano se los llevara.

Practique este ejercicio diariamente

Técnica para modificar el impacto emocional de la presentación
Las experiencias son codificadas principalmente bajo tres modalidades básicas: visual, auditiva y kinestésica.
La primera se refiere a que nos formamos imágenes mentales de los acontecimientos, estas pueden poseer una gran variedad de características, llamadas submodalidades que se manifiestan en diversos grados de brillo, color, nitidez, cercanía, movimiento, ubicación, etc.

Algo similar ocurre con la modalidad auditiva, podemos traer a nuestra conciencia una inmensa cantidad de sonidos y diálogos, estos tendrán cierto volumen, tono, velocidad, localización, ritmo, etc.
Finalmente, también tenemos el poder de traer al momento actual sensaciones, como ser la temperatura, humedad, textura, olores y sabores.
Un modo muy sencillo y efectivo de producir un cambio en el impacto emocional provocado por las experiencias es ir variando las submodalidades, ya que una variación en las mismas modifica la respuesta anímica que tenemos en relación con ellas.


A este fin es de gran utilidad practicar el siguiente ejercicio:

1. Siéntese cómodamente o recuéstese.
2. Elija una escena medianamente desagradable.
3. Cambie las distintas submodalidades una a una conservando aquellas que disminuyan las sensaciones displacenteras.

La mayoría de la gente encuentra que, en lo que se refiere a la modalidad visual, quitarle color y movimiento a la imagen y alejarla, minimizan la intensidad de la misma. Sin embargo, el nivel en que influyen en cada uno de nosotros las distintas submodalidades es algo particular de cada uno, por este motivo es conveniente que quien esté interesado en hacer el ejercicio pruebe variar las distintas características una a una hasta encontrar la forma de codificar el acontecimiento elegido del modo que considere más conveniente.

Generalmente no decidimos a conciencia cómo nos representamos las cosas, pero somos capaces de hacerlo y en consecuencia de regular la influencia que diversas experiencias y pensamientos tienen en nosotros.


7. Aprendiendo a comunicar

Aprendiendo a comunicar

Cuando usted necesita decir algo a una audiencia, lo más importante además de lo que usted comunica es el “cómo” lo comunica.

¿Nunca le ha pasado de estar explicando algo y al término de su exposición notar que el auditorio al cuál usted le hablaba ni siquiera parecía estar afectado por lo que acababa de decir?
Quizás lo haya relacionado con que lo dicho era algo que nadie quería escuchar; pero en realidad es muy probable que usted solamente se haya dedicado a “leer” lo expuesto, sin darle importancia a otros aspectos esenciales que debió poner en práctica en una presentación.

Lo más importante cuando necesitamos persuadir a un auditorio o calar hondo con nuestras palabras en sus oídos es la manera de decirlo.
Y dentro de ésta manera se encuentran el lenguaje corporal, la tonalidad de la voz, su carisma, su presencia, etc.
Son todos elementos que juegan a favor o en contra de una exposición oral.


La importancia de ser uno mismo

Muchas personas sienten que deberían adoptar otro “personaje” mientras hablan frente a una audiencia, como si ellos no fueran lo suficientemente importantes para ser tenido en cuenta y atendidos por el público. Algunos oradores, llegan incluso a impostar una postura seria, solemne e inexpresiva y se olvidan de que el humor puede ser uno de los instrumentos más importantes en cualquier orador. Pero por el contrario, no se deben obviar el humor, los hechos, anécdotas y cuentos personales, que pueden ser una maravillosa manera de llegar al corazón de una audiencia.

Lo que más favorece a nuestra imagen pública es el cómo somos y el cómo nos dirigimos a nuestra audiencia, más que lo que decimos en realidad.
Última edición por sonny el Sab Ene 05, 2008 04:25, editado 1 vez en total.

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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Sab Ene 05, 2008 02:02

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La imagen que proyectamos depende en un 90% de cómo nos mostramos y cómo decimos algo, más que del contenido de lo que decimos


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¿Cómo hacer frente a esto?

Primer paso: Lo primero que debe hacer es establecer cómo es su voz.
¿Habla pausado o rápido?
¿Se dirige a los demás de manera enérgica o los trata como si fueran sus compañeros de toda la vida?
¿Su voz es grave, aguda o normal?

Para detectar esto, qué mejor forma que grabarse, y luego escucharse para determinar cómo se sentiría usted como público. Así podría definir el tono y la manera de hablarle a un público determinado, dependiendo de lo que usted quiera comunicarles.

A las personas que hablan pausado y en un tono más bien bajo se las considera por lo general creíbles.
En cambio, a los que son más enérgicos y hablan rápido y en un tono casi gritando se las considera entusiastas, pero poco fiables.

¡Atención! Al grabarse, hágalo durante cuatro o cinco minutos. A todos nos resulta fácil sonar “interesantes” durante algunos segundos, pero lo importante es cómo sonamos luego de hablar en forma sostenida varios minutos.

Segundo paso: Otro componente importante es el lenguaje corporal. Usted notará con el correr de las presentaciones que haga que dirá más cosas con el cuerpo que con la palabra.

En realidad lo que se recomienda hoy en día es hacer pocos gestos –solo los necesarios-, así el auditorio creerá que usted es una persona reflexiva, pensante y que tiene bien definidos los objetivos que se propone.
En cambio, si sus gestos son ampulosos –como los de un político demagogo-, pensaran que usted es un tipo frío y que en realidad poco le interesa lo humano, solamente su propio beneficio.

Por eso tenga presente que el auditorio prestará más atención a lo que ve que a lo que oye. Lo esencial entra por los ojos.
Por eso, puede ser muy inteligente y estar muy bien narrada su exposición pero si usted no emplea ciertos tipos de voz y de actitudes corporales, el auditorio al cual se dirija le prestará poca atención.

Para darle un ejemplo práctico a continuación estableceremos una situación X donde el orador no presta atención a su forma de decir las cosas:

Imagine que estamos en la antesala del lanzamiento de un producto que se espera que sea “la” novedad del mercado.
Entonces entra un señor muy bien arreglado, con traje, zapatos bien lustrados, un peinado bien prolijo. Obviamente todos los ojos estarán posados en él.
Llega hasta el atril donde está el micrófono, lo prueba y espera unos minutos hasta que haya un silencio sepulcral.

Empieza a hablar pero sin dirigir su mirada al público presente, sino solamente mirando las notas que tiene escritas.
Con un tono de voz cansado y como si estuviera leyendo lo que dice se dirige a la audiencia y dice: “Me alegra realmente que se hayan reunido hoy acá para el lanzamiento de este nuevo producto...”

Al escucharlo hablar así, ¿usted creería que en realidad es agradable para él estar ahí arriba?, ¿le daría deseos de continuar escuchando lo que sigue, o le induciría a escaparse en la primera oportunidad?

Por eso póngase en el lugar de escucha antes de ofrecer una presentación y anote lo que a usted le gustaría escuchar y ver.
¿Acaso no es necesario que lo miren a los ojos cuando le están comunicando algo muy importante?
¿O que demuestre cierto interés en lo que va a presentar?

Por eso lo esencial -además de tener un buen discurso y un buen argumento para dar-, es combinarlo con un lenguaje corporal positivo entusiasta.
Pero si este mismo discurso usted lo combina con un lenguaje corporal desganado y contradictorio con lo que dice, esto hace que el público no crea nada de lo que usted le está comunicando.
O al revés, que entiendan todo lo contrario a lo que usted realmente quiso decir.

Por eso, si su forma de presentación no atrae al público al cual se está dirigiendo, el contenido de la misma pasará a ser irrelevante.

Un buen comunicador, en cambio, puede establecer una relación con su público de manera consciente e inconsciente.
Por eso, en el peor de los casos, aunque lo que usted esté diciendo sea algo que en realidad no importa mucho, si usted lo formula de una manera atractiva el público se retirará contento –en lugar de estar esperando la hora de que termine de hablar para poder irse del auditorio-.

Esto se debe lograr con algo de esfuerzo, pero cualquiera lo puede llegar a dominar dedicándole un poco de tiempo y paciencia.

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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Sab Ene 05, 2008 02:12

8. Creando un estilo propio

Creando un estilo propio

El lograr un estilo propio, y adecuado, es un camino progresivo, y se va logrando con el tiempo y la práctica. Nadie nació siendo un eximio orador.

El tono de voz correcto para dar un discurso no es el mismo que utilizamos normalmente, sino que debemos alzar un poco nuestra voz, sin gritar, pero si dándole una fortaleza que fuerce a nuestro publico a prestarle atención aunque no quiera hacerlo.

Para esto es bueno practicar delante de un espejo o filmarse con una videograbadora y luego verse para saber qué cambiar o en qué enfatizar más.

Lo que debe lograr es mejor la manera de decir las cosas, sin importar que es lo que está diciendo, y tendiendo a lograr sonar cada más interesante, expresivo y autorizado. Para practicar, tome un texto cualquiera -cuanto más banal o árido mejor- y léalo tratando de sonar cautivante y convincente.

Encuentre un tono de voz adecuado para poder hablar mejor ante una audiencia. No es lo mismo hablar en un café con amigos que ante un público que requiere de sus conocimientos.

Cuide su voz antes de hablar. Pruebe diferentes tonos hasta lograr el más grave. Si se encuentra en una época fría del año, abrigue su garganta con una bufanda, y si detecta algún dolor o irritación tome los medicamentos adecuados o algún té con miel para llegar con buena voz a la presentación. No hay nada más desagradable que escuchar a un orador disfónico.


Para ir logrando el tono de voz ideal para una presentación, realice este ejercicio:

- Póngase cómodo, y deje el pecho y el diafragma libres, sin oprimirlos con nada.
- Empezando con su tono de voz habitual, cante “ding, dong, bing, bong”
- Luego continúe repitiendo esas palabras con un tono más grave cada vez
- Llegue hasta el tono más bajo que pueda sin forzar su laringe
- Haga lo mismo pero en sentido inverso, hasta llegar a la nota más alta que puede sin forzarse
- Baje nuevamente, hasta llegar a su tono de voz normal

Haga esta rutina una o dos veces todos los días, con cuatro o cinco repeticiones cada vez. Los resultados lo sorprenderán.


9. El ensayo


El ensayo

La primera versión que veremos de nuestro discurso, apenas salido de nuestro cerebro, es la que se encuentra en el papel o nos ilumina desde el monitor de nuestra computadora. Bien, como todos debemos saber, un texto no suena igual cuando se lo lee para adentro, sin alzar la voz, que cuando es leído en voz alta, para otros. La voz humana y la pronunciación le da aristas y curvas que no tienen en otro soporte. Por lo tanto, antes de decidir que nuestro discurso esta terminado y listo para ser dado como alimento a nuestro publico, debemos leerlo en voz alta mas de una vez, analizando su sonoridad y tratando de ver en que puntos puede fallar y donde puede ser demasiado flojo o excesivamente estridente, donde las palabras no se funden con naturalidad o donde las palabras, directamente, son una mezcla impronunciable.
Lograr que no solo diga lo que tiene que decir, sino que además lo haga sonando bien es una de nuestras metas.

Entonces, y como si fuera una obra de teatro lo mejor, una vez que tenga preparado el borrador de su discurso, es ensayar mucho. De esta manera usted podrá ir modificando las cosas que note que no están bien.

A veces con un solo repaso usted no notará estos errores. Solamente se le tornarán visibles a medida que usted los tenga más incorporados.
Además le servirá para ver su postura corporal, su tono de voz, etc. Grábelo con una cámara de video y luego véalo solo o con alguien entendido que le pueda hacer ver cosas que usted no puede distinguir a simple vista.


Observe si su presentación:

- Tiene una secuencia de ideas clara
- El nivel del material es acorde con el de la audiencia
- ¿Hay material superfluo?
- ¿Toca demasiados temas? ¿corre el riesgo de dispersarse?
- ¿En qué punto/s es mejor incluir el material visual?
- ¿El material está bien presentado?
- El discurso, tomado en su totalidad, ¿resulta interesante?
- ¿Está usando el lenguaje corporal adecuado?


Una vez respondidas estas preguntas, ajuste lo necesario y vuelva a grabar otro ensayo.

Si no es posible grabarse, diga su discurso en frente de un espejo, observándose cuidadosamente. Tomemos nota (mentalmente, no necesitamos escribirlo) de cada gesto y cada movimiento de nuestras manos. Tengamos todo esto en consideración y corrijamos lo que nos parezca fuera de lugar.
Debemos repasar en nuestra cabeza las palabras de nuestro discurso, casi como un mantra, hasta llegar al momento en que podamos decirlo perfectamente, en que recordemos cada secuencia.
Hagamos de cuenta que estamos enfrente de la audiencia, no enfrente de un espejo.
Y, por supuesto, será realmente útil si, como decíamos antes, podemos practicar nuestras palabras enfrente de una audiencia, aunque sea compuesta por nuestra familia y amigos. En realidad, hasta practicarlo enfrente de nuestro perro puede ser una gran ayuda.
Y nunca nos olvidemos de lo conveniente que resulta el espejo. Esta es, además, una técnica para lograr relajación y confianza antes de enfrentarnos al auditorio.

Otra de las cosas que debe aprender a hacer, aprovechando los ensayos, es a proyectar la voz. Comience alejando un poco el micrófono de su boca, y diferencie proyectar la voz de gritar, teniendo en cuenta que:

- Se proyecta la voz haciendo subir el aire mediante el diafragma
- Se grita, en cambio, cuando los músculos del cuello son lo que hacen todo el trabajo
- Cuando proyecta la voz, puede hablar con facilidad y sin ninguna molestia física
- Cuando grita, en cambio, hasta duele la garganta

Cuando tenga todo listo, deje de ensayar. Ensayar de más es tan malo como no hacerlo, pues lo único que terminará logrando es que su presentación lo aburra, y termine aburriendo al público.
Última edición por sonny el Sab Ene 05, 2008 04:26, editado 1 vez en total.

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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Sab Ene 05, 2008 02:23

10. El mejor presentador es el presentador confortable


El mejor presentador es el presentador confortable

Siempre esté relajado, pero despierto, a la hora de una presentación. Hay gente que prefiere la tarde-noche y otros la mañana.
En última instancia, todo depende de los organizadores de la presentación, pero si le dan la opción contraria a su gusto trate de estar bien descansado para la presentación. Si le cuesta despertarse por las mañanas, y la presentación es temprano, ponga el despertador como mínimo media hora de lo habitual, para tener tiempo de despejarse para la presentación.
De esta manera podrá sentirse más relajado, y la audiencia no notará su disconformidad por el horario elegido.

Nunca se tome su presentación como algo muy personal. Nadie es perfecto y siempre habrá errores cometidos. Si le pasa esto siga adelante y no se detenga. Siempre es bueno reconocer los errores, aprender de ellos para que no vuelvan a ocurrir.
El truco es saber dónde enfocar la atención, y si usted hace foco en los puntos negativos le irá mal. Destaque los aspectos positivos, y tome cada presentación como una oportunidad más para aprender y mejorar.


Precalentamiento

Otro buen consejo es hacer un “calentamiento previo” a la presentación. Respirar profundo, mover el cuello de un lado a otro para descontracturarse, estirar piernas y brazos, etc.

Para comenzar, respire en forma profunda tres o cuatro veces.
Luego, párese lo más cómodamente posible, y con la columna recta.
A continuación, empuje lentamente el mentón hacia delante sin bajarlo, de manera que así se mueva toda la cabeza.
Luego lleve la cabeza hacia atrás, con el mentón en el mismo ángulo.
Repita diez a doce veces, sin forzar el cuello. Si le da la impresión que así parecerá una gallina, tiene razón... pero ya verá que efectivo que es hacerlo.

Y si tiene dolores de cuello (producto de una contractura de origen nervioso, probablemente), siéntese e incline la cabeza hacia atrás todo lo que pueda, y cuente hasta veinte.
Enderece la cabeza y vea cómo se siente ahora. Haga todas las repeticiones que sean necesarias para aliviar el dolor en su cuello.


Cuidado con lo que come

Otro inconveniente frecuente es la boca reseca. Para evitarla, deberá tener en cuenta no comer nada salado antes de la presentación, ni fumar. Tampoco tomar café, té, bebidas alcohólicas o gaseosas. Todo esto tiende a irritar la garganta.

Si le ocurre durante la presentación, tenga a mano siempre un vaso y una jarra con agua fresca (pero no muy fría) mezclada con jugo de limón (en cantidad a su gusto, y que no lo haga fruncir el ceño mientras lo toma). El limón es uno de los mejores estimulantes de la producción de saliva.
Además le dará una pausa, útil para que no se torne monótona su charla o para dar lugar a alguna pregunta del público.

Recuerde también no comer demasiado –pero tampoco demasiado poco- antes de la presentación y no tomar bebidas gaseosas, todas cosas que pueden jugarle una mala pasada a su estómago. Es decir: evite todo lo que pueda hacer aparecer “ruidos” imprevistos en el medio de su presentación.



11. Conoce tu lenguaje corporal


Conoce tu lenguaje corporal

El lenguaje corporal es un significativo indicador de nuestra actitud hacia el trabajo, entusiasmo y personalidad en la oficina. Más que las palabras que usa o el tono de su voz, su comportamiento físico comunica todo a quien lo observa. Esa persona, en la mayoría de las oportunidades, es un superior que puede dar un vuelco a su carrera.

Nos guste o no, en el mundo profesional, la gente es evaluada por su exterior y permanentemente las reputaciones son basadas en nada más que en cómo se ven o su lenguaje corporal. Esto puede literalmente determinar su futuro en una compañía y puede producir un impacto durante una entrevista o eliminarnos con cero chances de ser nuevamente llamados.

Existen diferentes escenarios en el trabajo que requieren de diferentes tipos de lenguaje corporal en función de provocar una impresión positiva en los clientes, pares, y superiores Algunos son más formales que otros pero sobretodo, su guardia debe estar alta y en ningún otro tema que la circunstancia en la que se halla.


En una entrevista

Ninguna otra situación esta más cargada de potenciales riesgos en cuanto al lenguaje corporal y de imperativas interpretaciones. Es el momento de dar en el blanco y transmitir una actitud de completa confidencia y total compostura. Como todos sabemos, sin embargo, mucha gente es rechazada en el primer intento.

¿A qué se debe esto?

Un pobre acercamiento: Cuando conoce a alguien por primera vez –especialmente a alguien que tiene el poder de abrir la puerta de una gran oportunidad- cada simple detalle cuenta, desde el contacto visual hasta un firme y seco movimiento de manos. Un cortés reconocimiento de gratitud, con una relajada pero erguida postura, podrían dar el mejor tono en el que deberá dirigirse en la sala de entrevista Y no se preocupe por cómo la entrevista está resultando, déjela fluir.

Una apariencia lastimosa: Un traje apropiado agrega mucho a la impresión general, especialmente en una entrevista formal. Sin embargo, el punto aquí no es el corte de su traje o el brillo de sus gemelos, sino la impresión de su cuerpo en la posición en la que está sentado. La regla de oro es estar alerta y erguido, con una firme dosis de contacto visual a lo largo del período de preguntas.


En la empresa

Los encuentros semanales o diarios en el trabajo pueden hacerse muy rutinarios, por lo que dejamos de reconocer la importancia de nuestro lenguaje corporal cuando nos sentamos alrededor de la mesa de conferencias.
Además, si nuestro trato con los colegas es familiar y amigable, perderemos rápidamente el control del hecho que aún estamos en un encuentro profesional y puede conducirnos a nosotros mismos en consecuencia.
Así, un encuentro en la compañía es el medio perfecto para hacer una lista de las características principales del lenguaje corporal:

Postura: Un muy importante indicador de una confiada y vibrante personalidad está comandado por la buena postura. Proyecta fuerza de carácter y convicción. Alguien que no cree, es probablemente alguien que está atascado en el final de su trabajo, que no tiene ambición y podrá terminar con osteoporosis. O algo parecido.
Excesivo movimiento: El no poder quedarse quieto es algo que padecen los niños con hiperactividad. A menos que usted haya sido clínicamente diagnosticado con el Desorden de Déficit de Atención, es una excusa el jugar con su lapicera, tocarse el pelo o balancearse constantemente. Esto es un encuentro en una compañía. Por amor a su carrera, preste atención y quédese sentado. Y no crea que la gente no nota el golpe contra el piso de su pie bajo la mesa. Y si continúa en movimiento, deje la cafeína después de cada encuentro.


Con los clientes

Encuentros informales en la oficina

Aún cuando usted esté alrededor del dispenser de agua o en la cafetería con sus compañeros de trabajo, los juicios sobre su carácter no cesan. De hecho, el mejor lugar para chequear su lenguaje corporal es en un medio ambiente informal. Usted nunca sabe la ingerencia que tiene sobre los demás y las ideas que se forman en la cabeza acerca suyo. Sólo por esa razón usted debe tener cuidado de no avivar las llamas de una mala reputación.

Gestos: Cuando la interacción es más social y menos profesional en su naturaleza, algunas personas sienten la necesidad de gesticular como un chimpancé. No es un buen signo de madurez e inteligencia. Deje los brazos en su lugar.

Intimidad: Del mismo modo, cuando el tema de la conversación no es el trabajo, un gran segmento de la población empieza a demostrar su costado afectado. Esto no necesariamente deja una impresión negativa en el medio ambiente del trabajo (o si a quien se dirige es una atractiva señorita) pero sobre todo, una compañía no es el lugar indicado para dar la espalda, codearse con alguien, rodearse con el brazo o felicitarse con ademanes.


Conózcase a usted mismo

Intimidad: Donde quiera que trabaje o con quien quiera que lo haga, es sabio tener la comunicación no verbal en mente cuando usted interactúe. Algunas personas tienen malos hábitos que están tan arraigados en su carácter que no tienen la posibilidad de darse cuenta la terrible impresión que están dejando en los otros. Allí es cuando la realización personal y la corrección entran en juego.
Cuando usted puede identificar banderas rojas en el lenguaje corporal, usted está mejor preparado para prevenirse en la ruta. Entonces, póngase derecho y quite los codos de la mesa.
Última edición por sonny el Sab Ene 05, 2008 04:27, editado 1 vez en total.

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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Sab Ene 05, 2008 04:03

12. Tu ropa habla por ti

Tu ropa habla por ti

La forma en que nos vestimos es parte integral de lo que somos. Y dice mucho sobre nosotros y nuestra personalidad. Más allá de ser fieles a nosotros mismos y nuestro estilo, deberíamos ser concientes de esto.
La ropa que llevamos, nuestro estilo, tiene una gran influencia en nuestra vida, mucho mayor de lo que puede parecer a simple vista. Estamos hablando de que la gente reacciona con respecto a nosotros basándose, al menos en un primer momento, en la imagen que proyectamos. Y esta imagen incluye todo, desde la ropa hasta la forma en que nos arreglamos el cabello, desde la forma en que nos movemos hasta las zapatillas que usamos.
En general, la gente más arreglada y que muestra una imagen más prolija y “mejor” (de acuerdo a criterios sociales que podamos compartir o no) es la que tiene los mejores trabajos, recibe la mejor paga y tiene las ventajas, más allá de que en realidad no tengan más habilidades ni sean mejores en lo que hacen. Es una cuestión de imagen. Es triste, si se quiere, que la imagen tenga tanta importancia, pero es así.
Por supuesto, esto se basa en la premisa de que la imagen dice quiénes somos, y que si estamos desprolijos, despeinados y mal arreglados en general, probablemente también nos comportemos de la misma forma a la hora de trabajar o cumplir con nuestras obligaciones. Muchas veces una mala imagen puede ser un impedimento para lograr alguno de nuestros objetivos, en especial si nos encontramos con el tipo de gente prejuiciosa que sólo se fija en esto para formarse una opinión.
Pero, para ser realistas, no es sólo su culpa. Después de todo, la primera impresión sólo se puede formar a través de lo que se ve, toma tiempo conocer a una persona y ver qué es lo que esconde detrás de la apariencia de dejadez. En el caso de la persona prolija y con una imagen perfecta, la información de su inteligencia y habilidad se presenta automáticamente, mientras que una persona que tenga estas mismas características pero no se moleste en cuidar su imagen fuerza a los demás a una investigación más profunda para encontrar los puntos que lleven a la aceptación de su habilidad. Y la mayor parte de la gente, en especial cuando hablamos del área de negocios y de entrevistas y situaciones por el estilo, no suele tener el tiempo (ni el deseo, muchas veces) de hacer ese esfuerzo extra que se les pide.


Respeto

Por otro lado, cuando aparecemos como una persona que se cuida, que piensa cuidadosamente lo que se va a poner, que se toma el tiempo para lucir tan bien como le es posible, mostramos que nos respetamos como seres humanos. Y el resto de la gente en general actuara en base a esto y nos respetará si nos respetamos a nosotros mismos.
Las piezas de información que trasmitimos constantemente por medio de lo que usamos son decodificadas por los demás miembros de nuestra sociedad, de acuerdo a los parámetros por ésta establecidos. E incluyen cosas como la educación, la salud, el dinero que tenemos y los sentimientos hacia nosotros mismos. Y los otros actúan en base a esto. Así que si nos mostramos respeto, los demás nos respetarán.


Posición

No sólo la ropa es importante, sino que también lo es la actitud física. No es lo mismo una persona que camina encorvada que una que lo hace erguida y con la espalda derecha. En realidad, pueden ser lo mismo, pero no dan la misma información, no trasmiten lo mismo.
Si nos vestimos bien y además tenemos una posición correcta, seremos mucho más aceptados y considerados que si no lo hacemos.



13. Utiliza a tu favor los prejuicios de la audiencia


Utiliza a tu favor los prejuicios de la audiencia


Prejuicios

Como hemos dicho, estas presuposiciones basadas en la apariencia no son justas, ni siquiera lógicas. Pero son inherentes al ser social que somos y están guiadas por la sociedad.
Aun más, aunque no lo admitamos, todos somos presos de ellas, todos tenemos prejuicios. Algunos tratan de superarlos o de simplemente no actuar sobre en base a ellos, mientras que otros los aceptan como algo lógico y se basan en ellos para categorizar a la gente con la que interactúan.
Pero más allá de esto, de nuestra actitud hacia ellos, lo cierto es que todos los tenemos. Si una persona desprolija, con claros signos de pobreza se nos acerca en la calle, lo más probable es que nos asustemos, reaccionemos sobre la base de los preconceptos que la sociedad ha establecido en nuestra mente. Es prácticamente una reacción refleja, una campana de Pavlov, si se quiere. Por otro lado, si quien se nos acerca viste de traje y lleva zapatos Gucci, nos sentiremos tranquilos y dispuesto de forma amistosa. Aunque las posibilidades de que cualquiera de los dos nos robe pueden no ser tan distintas. Es una técnica de supervivencia aprendida, confiable a veces, pero que también nos puede llevar a cometer muy lamentables errores.
Pero no sólo nos sirve para ver posibles peligros. Esta categorización siempre está actuando, viendo a las personas a nuestro alrededor y decidiendo cuál es su posición, quiénes son, adónde pertenecen, qué tienen y qué no tienen, y cuál puede ser nuestra relación con ellos. Además, muchas cosas se mantienen en el subconsciente y sólo aparecen cuando les prestamos atención. Y la imagen suele ser foco de nuestra atención.
Y sólo enfocamos en aquello que está en nuestro nivel deseado, en el standard que establecemos para evaluar a la gente. Sólo vemos a aquellos que llegan a ese nivel, los demás suelen pasar desapercibidos. No los tenemos en cuenta como posibles amistades, empleados o parejas. Es un filtro natural y social, establecido y del que es casi imposible escapar. )))
Aquellos con una apariencia más que correcta son notados más fácilmente que quienes no la tienen. Y, por supuesto, las reacciones que obtienen son mucho más favorables.


¿Qué ocurre?

La psicología nos plantea que el ser humano busca, básicamente, complacer sus deseos, busca completarse, satisfacer sus necesidades. Es algo natural y algo social al mismo tiempo.
En el ámbito natural, se busca satisfacer lo que se necesita, las necesidades físicas de alimentación y continuación del ciclo de la vida, mediante la reproducción. En lo social, se necesita satisfacer necesidades de orden psicológico, generadas por la sociedad y la relación con nuestros pares.
Las diferentes necesidades están clasificadas dependiendo de su nacimiento. Pueden ser físicas, de seguridad, amor y pertenencia, aprecio por uno mismo y auto-realización
.

Físicas: son aquellas que están presentes por causa de nuestra naturaleza. Hablamos de alimentación, descanso, etc.

Seguridad: la necesidad de sentirnos seguros, tanto en nuestra vida física como social, en lo laboral, familiar y personal.

Amor y Pertenencia: Amistad, familia, pareja.

Auto-estima: respeto por uno mismo, satisfacción con lo que se hace y como uno es, competencia, habilidad y atención recibida.

Auto-realización: Es el ultimo nivel, el más avanzado, al que se llega cuando se han satisfecho las otras necesidades. Es entender cual es nuestro motivo en la vida, para que estamos acá, que nos hace especiales.

A medida que se van satisfaciendo las necesidades se va pasando de un nivel a otro, empezando por el físico y siguiendo hasta llegar a la auto-realización. Casi nadie llega realmente a tener éxito en este ultimo nivel, lamentablemente. La mayor parte se queda en el nivel de pertenencia o en el de auto-estima.


Ejemplos de cada nivel

No es demasiado difícil comprender cada nivel, pero daremos algunos ejemplos de cada uno, para que sea más fácil comprenderlo.

1) Nivel Físico: Si no tenemos dinero para comer, no podemos conseguir alimentos, entonces estamos en este nivel.

2) Nivel de Seguridad: Si estamos en una situación limite, de vida o muerte, si nos enfrentamos a la muerte o a la posibilidad de un riesgo, entonces estamos en este nivel.

3) Nivel de Pertenencia: ¿Queremos tener algo que los demás poseen, para ser como ellos? ¿Acercarnos a un grupo? Entonces este es el nivel del que hablamos.

4) Nivel de respeto: ¿Sentimos que nuestros conocidos no reconocen cuanto y cuan duro trabajamos y todo lo que hacemos por ellos? Entonces estamos en el nivel de buscar respeto.

Sobrecompensación

¿Cómo se relaciona esto con el tema del que estamos, sobre como vestirse y la impresión que da? Se relaciona mucho.
Como decíamos antes, la forma en que nos vestimos y nos presentamos es, en general, un reflejo de cómo nos sentimos con respecto a nosotros mismos y como nos vemos. Pero también es una forma de buscar la satisfacción de estas necesidades, buscamos a través de una cierta imagen, llegar a lograr pasar el nivel en el que estamos.
Lo irónico es que esto suele tener un efecto contraproducente. Vamos hasta los extremos para lograr nuestros objetivos, pero terminamos repeliendo lo que estamos buscando.


Ejemplos de esto ultimo.

1) Vestirse de forma excitante suele ser una forma de buscar amor y una relación, pero termina atrayendo a gente más interesada en una relación casual que en personas que realmente se interesen en nosotros románticamente.

2) Gente que sigue todas las modas y usa todas las características de una “tribu” en particular busca ser reconocida como una del grupo, como un par, por determinadas personas, que supuestamente expresan ciertos valores a los que son fieles, pero terminan siendo rechazados por “pretender” ser algo que no son

3) Gente que lleva todos los símbolos de status posibles, buscan ser conocidos como alguien de dinero o con poder, pero sólo aparecen como gente que quiere ser más de los que realmente puede llegar a ser.


Lo más probable es que nos hayamos dado cuenta, durante la lectura, de que alguna persona que conocemos (o nosotros mismos) se auto-sabotea de esta forma, sin pensarlo, en forma inconsciente.

En el trabajo

Por supuesto, esto se refleja en el ambiente laboral, donde mucha gente que hace un trabajo supremo, de excelente nivel, es considerada como un empleado mediocre simplemente porque realmente cree serlo. O porque no logra que su imagen coincida con la de un empleado modelo.
Lo mismo sucede en el sentido inverso, con muchos empleados de mediocre para abajo que aparecen como empleados modelos simplemente porque saben como seleccionar correctamente su ropa. Y lo peor es que, en muchos casos, saben que no son empleados modelos, pero se aprovechan de la ventaja que tienen para lograr todas los ascensos y las ventajas. Lo único bueno de esta gente es que suele terminar fracasando, ya que la farsa no se les hace fácil de mantener, cuando su trabajo es examinado aunque sea con un poco más de detenimiento.


Cambiando de nivel

La mayor parte de la gente se pasa la vida en el mismo nivel, sin ser capaz de cambiar, siempre pegados a la misma imagen, al mismo estado, siempre una persona de nivel b, c o d. No es que lo hagan porque así lo quieren. Es más, en general, pretenden justo lo contrario y les encantaría ser capaces de cambiar de nivel y ascender a placer. Pero no son capaces de tomar los pasos necesarios para lograrlo.
Una pequeña porción de la gente actúa, trabaja, se viste y luce como gente de clase A. Es un grupo raro, de pocos individuos que sobresalen totalmente por sobre los demás. Si pensamos en gente famosa, es posible que encontremos algunos ejemplos, aunque tampoco tantos como podríamos pensar.
Bien, si sentimos que nuestra actitud y apariencia no esta de acuerdo con nuestra apariencia, si sentimos que somos mucho más de lo que mostramos, entonces deberíamos ponernos a trabajar en cambiar nuestra imagen, en mejorarla, en llevarla al próximo nivel. No es fácil, pero se puede hacer. Empezamos por formar el interior (las habilidades y aptitudes) para luego llevarlo al exterior (la imagen) y en ese momento nos daremos cuenta de que la actitud del resto de las personas hacia nosotros ha cambiado junto con nuestra postura y nuestros pantalones rotosos.
Y, con relación a este fenómeno, también aumentara nuestra confianza en nosotros mismos, haciendo que nos sintamos mejor y nuestras habilidades sean aun más potentes. Lo cual redundara en mejor respuesta por parte de la gente. Es un circulo totalmente benéfico que debemos poner en marcha y que luego, por si mismo, se empieza a alimentar por cada etapa, llevándonos cada vez a un nivel mayor de satisfacción con nosotros mismos y a una mayor y más marcada aceptación por parte de los demás. Descubriremos más y más habilidades y entenderemos cuanto podemos hacer, si tan sólo nos empeñamos en hacerlo correctamente y con toda nuestra habilidad.
Busquemos llegar al nivel máximo de la escala antes presentada y es posible que seamos parte del pequeño grupo que realmente lo logra.
Por supuesto, seguir siendo nosotros mismos es importante, y debemos tratar de respetar nuestro estilo propio siempre, pero podemos hacer esto y a la vez mejorar nuestra apariencia, no tengan dudas de esto. Es sólo cuestión de saber como nos vemos bien y como nos sentimos cómodos, cual es el tipo de ropa que nos queda bien y que queremos usar y veremos que hay puntos de contacto, en los cuales podemos crear una imagen que exprese claramente como somos, resaltando nuestros puntos más favorables.
Última edición por sonny el Sab Ene 05, 2008 04:28, editado 1 vez en total.

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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Sab Ene 05, 2008 04:22

14. Cómo funciona la atención en las audiencias


Cómo funciona la atención en las audiencias

Antes que nada, obtener y mantener la atención de una audiencia es probablemente lo más importante que un presentador ha de ser capaz de hacer. Existen otras cosas que son importantes también, pero si los miembros de la audiencia están perdidos o no están escuchando, pues no van a escucharte. Además, las audiencias aburridas son más ruidosas y distraen más al presentador considerando que ellas tienden a hablar entre sí, hacer ruido con las hojas, levantarse e irse.

No necesitas ser un psicólogo para entender cómo la atención funciona, dado que los principios pueden ser resumidos muy fácilmente. Una vez que se saben los principios básicos, puedes modificar tus comportamiento de presentador para mejorar el interés y la atención. Llegaremos a la atención efectiva a través de técnicas luego. Ahora necesitamos entender los principios.


1. Relevancia

La gente prestará una atención especial a aquello que perciban relevante para sus propias vidas y preocupaciones. Esto es bastante obvio, realmente.

2. La importancia de resaltar/relacionar


La gente usualmente no verá la relevancia de lo que se le este diciendo sin que las inferencias se le sean resumidas y resaltadas por ellos. En otras palabras, puede que estés presentando algo que la audiencia debería de considerar como relevante, o importante, pero ellos no lo ven así. Lo que necesitas es resaltar, relacionando el hecho o la parte de información con el beneficio con que éste se vincula. Necesitas explicar la importancia de lo que estas diciendo.

3. Cambio

La gente tiene dificultad en prestar atención a lo que sea que no cambia o es relativamente constante o repetitivo. Por ejemplo, aprendemos a dejar pasar desapercibido el sonido invariable de un aire acondicionado, aunque sí lo notaremos cuando se apague. Es por ello que una voz monótona es tan aburrida, o que sea más difícil prestar atención a un presentador en un podio que a uno que se este moviendo constantemente (generalmente).
4. Cambio controlado

El elemento clave en generar la atención humana es introducir un cambio controlado en el ambiente. Depende del rol del presentador cambiar las cosas... usar av, moverse, cambiar el tono de voz, la velocidad, etc. Esto hace al entusiasmo.

5. Cosas que distraen

La gente puede prestar a cosas que son irrelevantes o triviales, ya que mucha gente tiene problemas para identificar punto o cuestiones claves.

La gente se distraerá por cosas insignificantes que salen de lo común (prueba dejarte la cremallera baja o haz sonar tus llaves). La gente también se perderá puntos claves a menos que tu las ayudes.


Aplicaciones

Basado en estos principios de atención podemos hacer las siguientes sugerencias para los presentadores:


1. Dentro de los primeros cinco minutos de cualquier presentación, el presentador debe crear la idea de que lo que va a ser dicho sea de relevancia para la audiencia. Es importante que el presentador entienda las preocupaciones de audiencia con respecto al tema y los exprese apropiadamente. ¿Siempre establece la relevancia a partir del punto de vista de la audiencia!

2. Incluso en la presentación más corta, el presentador “envía” un montón de información. La audiencia sólo retendrá una porción de ella, con lo cual es muy importante que ésta retenga los puntos claves, y no detalles tangenciales. Los presentadores pueden ayudar a la audiencia a focalizar los puntos claves a través del énfasis verbal (tono, potencia, silencio), el uso de retoproyectores para puntos clave, etc.

3. Es difícil para una audiencia prestar atención por largos períodos de tiempo cuando no existe demasiado cambio en la conducta del orador. La peor táctica es quedarse quieto, sin hacer nada, y hablar en zumbido monótono, o mostrando diapositiva tras diapositiva. Un presentador experto, usando los elementos de cambio, es capaz de mantener la atención por largos períodos de tiempo haciendo uso de sí mismo como un punto focal cambiante de atención. Esto significa el uso de:


- movimiento
- gestos
- variaciones en el tono y volumen de voz
- silencios estratégicos
- lenguaje pintoresco (pero profesional) o con “color”
- variando la distancia con respecto a la audiencia
- variando la velocidad del discurso
- el uso estratégico de material audio-visual
- evitando repetición en el formato


15. Imagen y posición del orador - Cómo y a quién mirar

¿Cómo “pararse” en una presentación?

Cuando usted comienza a dar presentaciones, y más aún si es su primera vez en el tema, tenderá a preocuparse por sus movimientos en el escenario.
Muchas veces habrá escuchado que lo mejor es permanecer rígido cuando usted da un discurso, y por otro lado habrá escuchado también que es bueno moverse. En realidad eso dependerá únicamente de lo que usted sienta, de cómo esté más cómodo.

Si se mantiene parado adopte una posición cómoda y no de absoluta rigidez. De este modo le demostrará a la audiencia que usted está confiado en sus dichos. La mejor postura para dar esta impresión –y también la más cómoda- es con el cuerpo recto y mirando a la audiencia, las piernas ligeramente separadas y los dedos gordos de los pies apuntando levemente hacia afuera.
Cuando esté parado y quieto frente al público, apoye el peso sobre sus piernas en forma uniforme. La inclinación hacia un lado da imagen de aburrimiento y desinterés en lo que está haciendo.

Siempre tenga en cuenta que todos lo puedan ver, sobre todo cuando dice cosas relevantes. No se pare delante de una luz intensa porque el público lo verá como una silueta negra.
No se siente mientras habla ya que seguramente habrá personas que no lo tengan a la vista, ya sea por estar lejos o porque alguien que se haya sentado delante de ellos no le permite divisarlo.

Trate de no inclinarse contra el atril o escritorio, apoyando sus brazos en él. De ese modo parecerá cansado y la gente lo notará de inmediato. Si hay un atril, párese al lado, y no detrás.

Tampoco debe sentarse en el escritorio, para no dar la impresión de pensar que usted es más importante e inteligente que la audiencia. Siempre mantenga una cierta postura de firmeza, para afirmar, valga la redundancia, su discurso.

Igualmente, no hay una “formula” para lograr la postura adecuada. Siempre tenga en cuenta que su postura debe ser congruente con su discurso y con su tono al hablar.

En resumen, si usted no está cómodo haciendo algo no lo haga. Actúe como lo hace habitualmente. Si por ejemplo mueve mucho las manos al hablar cotidianamente hágalo. Si no las utiliza demasiado, no las mueva entonces durante una presentación. Mientras más seguro esté usted de sus movimientos más segura estará la gente de sus dichos.

Una buena opción antes de encarar una presentación es practicar. Usted se preguntará ¿cómo hago para que la gente se sienta cómoda y no vea que con mis movimientos me siento nervioso? Para esto procure ensayar frente a un espejo.

Diga todo lo que tiene previsto y mírese como si usted fuera el público. Así se dará cuenta de lo que tiene que modificar -o no- de sus movimientos.

Una presentación no es una formación militar. Evite pararse con los pies firmes y las manos detrás de la espalda. Es una postura demasiado formal, lo hará parecer tenso, y pone una distancia que impide la comunicación deseable con el público.

Tampoco es un partido de fútbol en el que a usted le toca estar en la barrera. No se pare tomándose las manos por delante, pues además de ser una postura incómoda dará la impresión de que está a la defensiva y alejará emocionalmente a la audiencia de usted.

También es una postura defensiva y que pone barreras con los demás pararse con los brazos cruzados sobre el pecho o el abdomen.

Otro consejo es no poner las manos en los bolsillos. Esto le dará un aspecto de desprolijidad y despreocupación ante el tema que va a tratar.
Si las puso en los bolsillos sin darse cuenta, manténgalas quietas y no juguetee con nada que tenga en los bolsillos. Luego sáquelas lentamente y en un momento en que tenga que utilizas las manos para algo (señalar algo en la pantalla, por ejemplo).

Tampoco tenga las manos en las caderas. La gente notará un cierto aire de arrogancia y falsedad en su persona.

Y si usted está acostumbrado a frotarse las manos mientras habla, trate de cambiar esa costumbre, ya que parecerá que todo lo que dice es mentira, además de provocar rechazo.


La mirada

Como hemos dicho anteriormente lo más importante es el contacto visual con el público.

Siempre tenga en cuenta mirar a la audiencia, pero sabiendo que no debe fijar su mirada más de tres o cuatro segundos en una misma persona. Vaya moviendo la vista con frecuencia y eligiendo al azar sus “blancos”. Lo mejor es la variación y no fijarse sólo en una sola persona -o dos- durante toda la presentación, ni parecer que está constantemente escudriñando a los presentes.

Otra opción es mirar a “todos”. ¿Cómo se logra esto? Obviamente es difícil no fijarse en una sola persona ya que es lo primero que a cualquier ser humano le llama la atención. Pero con la práctica logrará poder mirar a todo el público a la vez.

Esto se debe a que los seres humanos tienen una vista en abanico, que produce el llamado “efecto aura”.
En efecto, el campo visual se abra como si fuera un abanico a medida que la mirada se aleja, ampliándose hacia los cuatro costados del foco de su mirada (la persona a la que usted está mirando en un momento determinado).
Por ello, cuando usted mira a una persona, las que están a su alrededor creerán que las está mirando a ellas. Y cuando más lejos mire el orador, más serán las personas que piensen que las está mirando a ellas.

Muchas veces también es bueno romper por algunos instantes el contacto visual con el público, por ejemplo para descomprimir un poco una situación, o para pedir al público que piense o se concentre en algo por unos instantes.
Última edición por sonny el Sab Ene 05, 2008 05:11, editado 1 vez en total.

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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Sab Ene 05, 2008 04:36

16. Claves para una presentación exitosa


Claves para una presentación exitosa

1. CONOCER A SU AUDIENCIA:

¿Quiénes son las personas que van a asistir?
¿Qué esperan de usted?
¿Cómo las va a tratar?
¿Cuál espera que sea su reacción?
¿Cómo hacer que respondan del modo que usted desea?
La audiencia que me imagino –o desearía- ¿es la real? ¿A cuál de las dos se está dirigiendo mi presentación? ¿a la real o a la imaginaria?


2. SIÉNTASE RELAJADO

Lo mejor es estar lo más cómodo posible. Hablar de manera breve y sencilla. Sin vueltas. Poder demostrar que usted sabe del tema y no necesita ninguna impostura.

3. VAYA DIRECTO AL PUNTO CENTRAL

No dé vueltas sobre un mismo tema. Ataque directamente el quid de la cuestión. Hágale saber a la audiencia lo que realmente necesita y no exponga todos sus conocimientos si no son necesarios.

4. TÉNGASE FE

Sus palabras deben sonar seguras, firmes. De este modo la audiencia le creerá todos sus dichos. No trate mal a la gente –aunque sea alguien molesto- y esté seguro de todos los pasos que va a dar en la presentación. No se subestime ni tome a la audiencia como un enemigo o mal predispuesta hacia usted.
Muy por el contrario, por lo general el público siempre está de parte del orador cuando comienza una presentación. Confirme esa tendencia mostrándose seguro y confiado en usted mismo, y el público perdonará con gusto cualquier pequeño error que cometa
.


17. Enfrentando a la audiencia


Enfrentando a la audiencia

Las estadísticas no mienten. Y las estadísticas lo confirman: hablar en publico es el mayor miedo en la mayor parte de los seres humanos. Aun mayor que la muerte. O sea, en un funeral, la mayor parte de las personas prefiere ser la persona que ha fallecido que tener que decir el discurso. Es un hecho por lo menos curioso, ¿no?
Pero hablando seriamente, lo innegable es que lo más probable sea que en algún momento tengamos que hablar en publico. Ya sea para dar un discurso por recibir un premio, hacer un brindis en una boda o simplemente dar un examen oral frente a un grupo de profesores, lo cierto es que. en el momento de demostrar nuestra facilidad de palabra, probablemente no nos gustaría demasiado fallar tristemente por que un miedo absurdo nos ate las cuerdas vocales y no nos permita expresarnos con toda la soltura a la que estamos acostumbrados. Por ello, he aquí unos cuantos consejos mas que útiles a la hora de enfrentarnos a ese monstruo horrorosos llamado audiencia.


Consejo 2: Preparando nuestro discurso

Antes del momento de dar nuestro discurso, debemos prepararnos.
Por un lado, una buena idea es practicar el discurso enfrente de nuestros amigos o de nuestra familia.
Debemos asegurarnos que las tarjetas con las notas de nuestro discurso son fáciles de leer, que la letra es clara y, preferentemente, de gran tamaño. No queremos, en medio de nuestro discurso y al ir a nuestras notas para sacarnos una duda, tener que luchar con una letra prácticamente ilegible, que nos fuerce a perder tiempo y atención del publico en descifrarla. La mejor forma de llevar nuestras notas es en una serie de fichas bibliográficas, de gran tamaño y preferiblemente coloreadas dependiendo del tema y de la parte del discurso al que se refieran.
Las partes más importantes de nuestro discursos, aquellas vitales y con las que esperamos marcar algún punto especialmente importante o, al menos, crear un efecto, deben estar resaltadas en las fichas.
Además, ayuda estar familiarizados, de ser posible, con la forma y distribución de la sala donde daremos el discurso.


Recuperando la línea

Probablemente lo peor que nos puede pasar en el momento de estar dando el discurso propiamente dicho, una vez que hemos logrado superar el temor inicial al publico y cuando parece que estamos en la ruta correcta, es perdernos, olvidar por donde vamos, no saber como continuar. Además, esto probablemente traiga aparejado un alto nivel de agitación en nosotros, y el regreso de las dudas e inseguridades que parecía que habíamos logrado superar.
No hay otra cosa que decir que que debemos estar preparado. Pero aun la persona mas preparada y con la mayor cantidad de experiencia en dar discursos se pierde alguna vez.
Pero, gracias a Dios, tenemos nuestras notas que nos salvaran la vida en una situación como esta. Un vistazo a ellas y deberíamos estar en condiciones para ubicar el próximo tema del que debemos hablar y continuar con él. Por esto son útiles que estén marcados con colores brillantes.
Un detalle interesante para mantener en nuestra mente es que la audiencia probablemente no tiene ni idea de que tenemos un problema, de que no hemos saltado una parte del discurso. En fin, probablemente la audiencia no tiene ni idea de que nos hemos perdido. Sonriamos y sigamos adelante.
Agregar palabras a nuestro texto, improvisadamente, puede resultar muy útil, ya que nos permitirá huir de situaciones embarazosas, disimulando cualquier hueco que se haya generado. Por supuesto, debemos hacerlo bien, no es cuestión de decir cualquier cosa, pensando que esto nos permite disimular. Puede ser aun peor, ya que decir lo primero que venga a nuestra mente puede hacer obvio que nos hemos perdido. Pero, si lo hacemos hábilmente, tendremos una puerta de escape ante la duda. El único gran problema que nos puede traer es si tenemos un tiempo determinado para dar nuestro discurso y lo que agregamos empieza a alargarlo tanto que se nos acaba.
Así que, si podemos, volvamos velozmente a nuestro tema principal, de una forma tan elegante como sea posible.


Hablando primeros o últimos

Una duda existencial en el momento de decidir como dar nuestro discurso. ¿Nos conviene el primer lugar o hablar últimos, cuando ya todos han pasado y hecho lo suyo? ¿Si soy una persona que se pone muy nervioso y se pierde fácilmente, es el medio del programa una buena posición? ¿Cómo puedo decidir cual es el mejor momento para mí?
Muchos oradores muy exitosos prefieren hablar primeros. Por supuesto, es gente acostumbrada a dar discursos y tienen otra preparación. No a todos les conviene esta posición.
Mucha gente se pone más nerviosa pensando en el discurso que realmente dándolo. Por supuesto, a estas personas les conviene tomar el primer lugar, para no tener tiempo de tener una crisis nerviosa, por decirlo de una forma un tanto exagerada.
Por otro lado, a la gente que se pierde fácilmente o se pone muy nerviosa, le conviene dar su discurso en el medio del programa, siendo este el lugar mas “seguro” y menos exigente.
Ahora, si estamos muy seguros de nuestro discurso y de cómo será nuestra actuación, podemos tomar el ultimo lugar, que es una posición con un poco mas de presión sobre nuestros hombros, ya que quien da el ultimo discurso también da la ultima imagen que ve la audiencia, la imagen con la que se irán luego de concluido el evento. Por lo tanto, la ultima persona en hablar tiene que realizar lo suyo de la forma lo más correcta posible, para que la audiencia se vaya con la mejor imagen posible.
En fin, cada posición en el programa tiene sus propias complicaciones y dificultades. Depende de nosotros conocer nuestros puntos fuertes y débiles, para saber que posición nos conviene tomar.

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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Sab Ene 05, 2008 04:49

18. Contacto visual - Gestos - Control de daños

Contacto visual

Hacer contacto visual durante el discurso es muy importante, ya que ayuda a hacer llegar nuestro mensaje a la audiencia. Si perdemos el contacto visual por nuestro nerviosismo, estamos en un problema.
En esta situación, debemos buscar en la multitud a alguna persona conocida, con la que tengamos una buena relación, amistosa de ser posible. Enfoquémonos en esta persona, pero no dejemos de mirar también hacia los otros extremos del auditorio o cuarto donde estemos.
Un pequeño truco que nos puede evitar en parte la situación embarazosa de buscar contacto visual: cuando miremos a gente que no conocemos o con la que no tenemos una buena relación, miremos un poco por encima de ellos, dando la sensación de que los estamos mirando, pero sin hacerlo realmente. Esto puede ayudarnos a perder un poco el miedo.
A medida que vaya pasando el tiempo y vayamos ganando experiencia y calma, nos iremos sintiendo más cómodos con la situación y aprenderemos a mirarlos directamente a los ojos.


Gesticulación

En un principio, es probable que nuestros gestos parezcan forzados. El gran problema al que se enfrenta cualquiera que quiera dominar sus gestos cuando se encuentre frente a un publico es que debe hacer con sus manos. Dejarlas al costado, sin usarlas para gesticular puede ponernos aun más nerviosos, además de lucir muy anti-natural. ¿Cuál es la receta para mantener gestos relajados durante la disertación?
Para empezar, deberemos hablarle a la audiencia en un tono tranquilo, conversacional, como si estuviésemos hablando con un amigo en el café de la esquina, no dando un discurso para una multitud. Esto necesita, por supuesto, mucha practica, pero ayuda mucho a nuestros gestos, por ponernos en una situación mucho más familiar.
Deberíamos tratar de olvidarnos totalmente de nuestras manos, pensar en ellas lo menos posible.
Si tenemos alguna costumbre nerviosa con nuestras manos, como jugar con nuestros botones o ponerlas en los bolsillos, deberemos tratar de evitarlo a toda costa. La forma más fácil es también la más simple: no usar ropa con botones o bolsillos. Este tipo de gestos no solo lucen mal, sino que además distraen a nuestra audiencia de lo que debería ser nuestro principal objetivo: transmitir nuestro mensaje a través de nuestras palabras.
El consejo final en esta parte del texto podría ser que si no podemos evitar jugar con nuestras manos, debemos mantener presionado nuestro pulgar contra el dedo índice, con fuerza, para recordarnos constantemente que debemos evitar los movimientos innecesarios. Y los brazos los podemos mantener estirados a ambos lados del cuerpo. O apoyarlos, ligeramente flexionados y en una posición natural, sobre el estrado o lo que sea que tengamos delante de nosotros.
En definitiva, tener en cuenta lo que estamos haciendo con nuestras manos es importante, pero obsesionarse con ellas puede ser una buena forma de ponernos en un estado de nerviosismo que no nos conviene en nada. Tratemos de tener calma y ser naturales y no deberíamos tener problemas.


Tirando las tarjetas

Finalmente, otro de los grandes accidentes que nos pueden ocurrir (grandes en el contexto situacional en que nos encontramos, no para la vida en general) es tirar las fichas bibliográficas donde tenemos nuestras anotaciones. Y esto es algo que puede pasar, mas aun si, por el nerviosismo, tenemos problemas para controlar lo que hacemos con nuestras manos.
Igual, esto no es la muerte de nadie, ni un problema imposible de resolver o que pueda arruinar nuestro discurso. Es simple cuestión de levantar las fichas, ordenarlas (si podemos, para mantener la velocidad del discurso. Si perderíamos mucho tiempo con esto, pero podemos identificar cada ficha fácilmente, tal ve no lo necesitemos). Para hacernos mas fácil la tarea de ordenar nuestras fichas en caso de un accidente, deberemos numerarlas en alguna parte visible (el margen superior derecho es el mejor lugar para esto, ya que es el primer lugar que veremos, por una cuestión de funcionamiento del cerebro y los puntos de máxima atención de la imagen).
Si, para hacer las cosas mas complicadas (que nunca viene mal) no recordamos en que numero de ficha estábamos, simplemente vamos al tema coloreado sobre el que estábamos hablando y remediamos con un poco de habilidad mental el problema en que nos metimos.
Por esto es que se usa tanto numero como colores para marcar las fichas, ya que es mas difícil que olvidemos las dos cosas que que olvidemos solo una, en caso de un accidente.
El otro método que podemos sugerir es hacerse una imagen de nuestro discurso en nuestra mente, como si de un mapa se tratase, y luego simplemente ir recorriéndolo. O sea, tener una especie de boceto con todos los temas principales en nuestra mente, en el orden correcto. Para esto puede ayudar visualizar nuestro discurso como si de una historia o de una película se tratase, con su comienzo, medio y final, yendo hacia un punto determinado, no simplemente vagando de un tema a otro sin un orden lógico. Esto puede ser de muchísima ayuda a la hora de recuperar la posición dentro del discurso.

Bien, estos son algunos consejos muy útiles a la hora de enfrentarse a la terrorífica situación. Lo cierto es que hablar en publico no es tan terrible como pensamos, y no nos enfrentamos a una situación limite donde podamos perder demasiado. Es simplemente cuestión de superar miedos y vergüenzas, y seguramente lo haremos mas que bien.


19. ¡¡¿Cómo empezar?!!: La introducción

¡¡¿Cómo empezar?!!: La introducción

El miedo de todo orador comienza cuando se dispone a enfrentar a su público. Ni que decir cuando éste es multitudinario. Por eso lo mejor es estar relajado y saber cómo enfrentar lo que le espera, para poner rápidamente al auditorio de su lado-

Los segundos cruciales

El público, ni bien ve pararse a un orador frente a ellos, se forma una imagen inconsciente de esa persona -ya sea por la vestimenta que trae puesta, por su rostro, por la manera de caminar o pararse, etc.-
Esto ocurre en los primeros cinco a diez segundos, y en los siguientes 50 segundos (o sea cuando usted comienza a hablar) pueden reafirmar esta posición o cambiarla un poco, pero casi nunca la modificarán.


¡ El primer minuto, entonces, es crucial !

Comience por “enganchar” a su audiencia

La introducción de su presentación determinará en buena parte el efecto de la misma sobre el público.

Lo primero que debe hacer es preparar el tema con algo que atraiga a la gente y decirlo al principio del discurso. Debe crear un estado de ánimo óptimo en el espectador, resumiendo lo que va a decir desde ese momento, ganándose la credibilidad de la gente.

Atraer la atención

En este punto, usted se estará preguntando “pero, ¿cómo hago para atraer la atención del público desde un principio?”

Existen distintas maneras, dependiendo del tema de la presentación y del público asistente.
A continuación le presentamos las distintas opciones para que su público lo “quiera” de entrada.


Humor

Lo primero es el humor.
El humor debe ser siempre alegre, positivo, pero no muy deliberado y buscado a propósito aunque realmente no lo sienta. La gente nota si una persona es espontánea o si está forzando ese estado de ánimo.

Por eso a veces es mejor una sola anécdota divertida durante el discurso que muchos chistes preparados de antemano de los cuales nadie se ríe. Si su fuerte no es el humor o usted no se considera gracioso pruebe con otras tácticas.

En todo caso, pregúntese siempre primero:
¿Lo entenderán?
¿Les parecerá gracioso?


Si la respuesta es negativa, o no está seguro, mejor pruebe con otra cosa.
Citas

Luego podría utilizar las citas de gente respetada en el ambiente. Hay muchos libros y sitios de Internet con compilaciones de citas, ordenadas por temas, que usted puede consultar.

O puede recurrir a discursos de políticos, escritores, oradores reconocidos, periodistas especializados, pero siempre teniendo en cuenta que es imprescindible que su público conozca y respete a la persona que usted esté citando.

En este aspecto, debe tener lo siguiente: al citar a alguien, usted está creando un clima favorable a usted y/o a sus objetivos con la presentación, mediante la “transferencia” del prestigio de la persona citada hacia usted y su presentación. De alguna manera, es como si implícitamente estuviera diciendo “X está de acuerdo conmigo”.

De lo contrario, si la persona citada es un perfecto desconocido para su audiencia, sólo cosechará indiferencia. O, peor aún, se ganará la antipatía de todo el público, si nombra a alguien no querido por la mayoría.


Preguntas

También es bueno comenzar haciendo preguntas al público. De esta manera sabrán que usted está dispuesto a escucharlos y no se parará frente a ellos sólo para recitar su presentación.

Pregunte cosas que sólo tengan respuestas afirmativas o negativas (afirmativas, e lo posible, por ejemplo: ¿me escuchan todos bien?), pero que sean razonables (¿les gusta el salón de conferencias? puede ser pertinente pero no hay nada que pueda hacer si le responden que no).


Lo visual

Como dijimos desde un principio, lo esencial entra por los ojos. Por eso la vestimenta juega un papel primordial en su presentación.

Obviamente no va a ingresar con un pantalón corto y una remera sin mangas, salvo que quiera causar la gracia del público presente. Lo mejor suelen ser los trajes oscuros combinados con camisas claras (o blanca), corbatas discretas (olvide los diseños de caricaturas y los colores chillones) y medias lisas azul oscuro o negras (dependiendo del color del traje y de los zapatos).

También es importante el calzado. Mucha gente juzga al otro por lo que se pone en los pies, así que tenga la prudencia de tenerlos bien lustrados (todo esto en el caso de los hombres, por supuesto).

En el caso de las mujeres, mientras más discretas sean mejor. Un escote pronunciado o una pollera exageradamente corta no tendrán la mejor aceptación por parte de las mujeres del público... y distraerán a la audiencia masculina, que lo a que menos prestará atención es a su discurso (salvo, claro, que esa sea su intención).

De todos modos, ya no se considera necesario vestirse con un “traje para mujeres”, y algo clásico (saco o chaqueta y camisa, con pantalón o pollera, por ejemplo) pero menos acartonado es adecuado. Trate de que la ropa no sea muy llamativa –pero tampoco de colores muy apagados o sombríos- y que combine con su color de pelo, ojos o piel.
Evite todo lo exagerado (como las joyas), lo muy llamativo, y lo que le dificulte el libre movimiento durante la presentación o que distraiga su atención (como prendas que tenga estar reacomodando en forma constante, bufandas, etc.)

Y, en caso de dudas sobre el estilo a elegir, pregunte a los organizadores cuál sería el más correcto (no quedaría muy bien tampoco que usted vaya demasiado a contramano de la audiencia).


Anécdotas

Otra buena manera de causar buena impresión es contar anécdotas personales, siempre que sean divertidas y que no las entienda usted solo.
Tenga en cuenta que deben ser cortas y tiene que estar muy convencido del momento justo para introducirlas... y de que no harán que el público se quede preguntando “¿y con esto, qué?”


Estadísticas

Las estadísticas son buenas para reflejar algo en forma contundente, por lo que debe buscar aquellas que sean realmente impactantes, y referirse a ellas en forma directa y sin dudar (ni dejar lugar a dudas).
Pero deben ser verificables y provenir de fuentes confiables para todo el público. Además, deben ser breves y de comprensión fácil, para no dar a lugar a malas interpretaciones o a malentendidos.

Por ejemplo: “Según XX, el 80% de los automovilistas olvidan cambiar la correa de distribución a tiempo. En esta presentación, aprenderá como formar parte del 20% que sabe evitar los problemas”.


Introducciones polémicas

Otras veces sirve ser “agresivo” al empezar una presentación. Obviamente sin insultar ni increpar a nadie. Sólo afirmar algo de manera violenta para que su público ponga atención en lo que usted va a decir y recuerde su mensaje.

Por ejemplo: “Se dan cuenta de que la mayoría de los vendedores no saben vender correctamente”... y, luego de una pequeña pausa, “al menos, así lo creen los gerentes de comercialización”.
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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Sab Ene 05, 2008 04:59

20. Hazte amigo del público


Hazte amigo del público

Muchas veces es bueno advertirle al público cosas simples como que sus preguntas no molestan ya que usted fue puesto en ese lugar para contestarlas, que se diviertan en sus trabajos que no lo tomen como una obligación a cumplir, y en el caso de sentirse disconformes con alguna tarea que lo hagan saber, que está bien imitar a un compañero en su desempeño si vemos que está actuando de una manera correcta que uno no tenía en cuenta, etc.
De esta forma usted podrá hacer que el público se sienta relajado mientras les habla, y creará un clima propicio para la participación de la audiencia.


¿De qué se trata esto?

Una vez que haya ganado atención del publico y su confianza, ya puede empezar a delinear su discurso.

Para comenzar, es muy útil aprovechar la introducción para que audiencia sepa de qué tratará la presentación, ofreciéndoles una imagen global, un mapa mental, de lo que usted va a decir.
El objetivo es que todos, tengan o no una opinión formada sobre el tema, tengan una perspectiva clara del asunto a tratar y de la finalidad de la presentación.

Una buena idea puede ser presentar pequeños fragmentos del tema a tratar, y relacionarlos con algo que a la audiencia le sea familiar y le importe, de manera de transformar la presentación en algo relevante para ella.

También es conveniente, si se tiene una pizarra, dibujar de antemano un diagrama con los puntos principales a tratar en la charla e ir señalándolos a medida que avanza en su discurso. O bien puede hacer una diapositiva en Power Point con una diapositiva con el mismo contenido.

En todos los casos, es esencial saber si su audiencia está enterada del tema o sabe muy poco de lo que va a hablar. Ya que de eso depende la información que usted les dará. A veces hay cosas obvias que es mejor evitar, para no volver tediosa la charla.

Como regla general, a menor conocimiento del público mayor detalle del “mapa”, pero sin que se transforme en un resumen de la presentación.

¿Cómo decidir?

La decisión dependerá:

1- Del estado de ánimo que quiera crear: por ejemplo, si quiere un público relajado y con mucha confianza en usted, no sería lo más apropiado comenzar con una afirmación polémica o “agresiva”
2- De su audiencia. En este sentido, lo mejor es estudiarla por anticipado, y tratar de deducir cuál sería el mejor enfoque.

Sobre todo, evite el mayor de los errores: suponer que todos los públicos son iguales, y que lo que funcionó (o no) con uno funcionará con todos.


21. Hazte amigo del público

Motivación

La mejor manera de motivar a su audiencia, es proporcionar una respuesta convincente a la pregunta que todos se estarán haciendo, consciente o inconscientemente: “¿de qué me servirá esto?”
O, en otras palabras, déles un motivo valedero (para ellos, no para usted) para que deseen escucharlo, en especial vinculándolo con su propia experiencia (la del público).

Hay muchas personas que son “enviadas” a escucharlo, o que están allí por obligación o como un mero trámite, pero que realmente tienen poco interés en lo que usted diga.
En cualquier caso, sea siempre franco y sincero. Diríjase a la audiencia real, no a una imaginaria ni a la que usted querría que fuera.

Es un lugar común decir que los triunfadores en los negocios son quienes llegan el momento justo: no muy tarde, pero tampoco demasiado temprano, pues no encontrará un clima propicio para ser escuchado.
Lo mismo ocurre con las presentaciones: usted puede saber que tarde o temprano su audiencia necesitará tal o cual cosa, pero eso no servirá de nada si el público todavía no sabe que lo necesita, sobre todo si tiene otras urgencias.

Piénselo de este modo: ¿qué posibilidades tiene de que un amigo suyo que está luchando por levantar una hipoteca se interese en su hipótesis sobre los mejores lugares para invertir?
Puede que esa información sea relevante para su amigo una vez que logre salir del problema, pero antes... ¡puede imaginarse la respuesta!


22. Credibilidad

Credibilidad

Para lograr esto primero debe creer en sus logros, tener una autoestima alta, un sentido de pertenencia y de identificación con su público y seguridad en lo que dice.

Lo esencial es saber cómo ganarse la credibilidad de su audiencia. Esto lo logrará simplemente siendo honesto y poniéndose al nivel de su público, sin subestimarlos y respondiendo todas las preguntas por igual aunque algunas le parezcan tontas.

Sobre todo, ¡no les “tire el currículum” por la cabeza! Usted podrá tener las mejores calificaciones profesionales, pero de nada le servirán si las usa para establecer su superioridad sobre su público, o para afectar su autoestima (la del público).

La gente no es tonta y nota si usted en realidad no se interesa por lo que va a decir, y más aún si percibe que usted no se interesa por ellos.


Dar referencias

A veces es necesario construir un puente entre los hechos ya conocidos por su público y los datos nuevos que usted viene a proporcionarles.

Para ello:

1- Despeje cualquier falsa idea o expectativa en forma explícita, y cree que la impresión de que todos están allí por el mismo motivo.
2- Ayúdelos a relacionar los conocimientos que ya tienen, o su experiencia previa, con la nueva información que va a proporcionarles
3- Dígales lo que les contará


Y, en el transcurso de la presentación

1- Cuénteselo
2- Dígales lo que ha contado, y por qué lo ha hecho

Muchas veces, otra gran estrategia es proporcionarles de antemano la duración de su presentación. De esta manera usted prepara a la audiencia, que ya sabe cuanto tiempo va a tener que “soportarlo”. Nunca se explaye más de lo acordado, ya que esto quitará credibilidad a sus dichos.


Olvide el NO

Lo último y lo más importante es nunca empezar una frase con la palabra “NO”.
De esta forma siempre sonará que usted es muy negativo o que hará lo contrario a lo que propone.

Por ejemplo si usted empieza diciendo: “no vengo a pedirles que hagan esto” lo primero que se les cruza por la cabeza a las personas que lo escuchan es que en realidad usted está intentando persuadirlos a que lo hagan.
Por eso, si usted quiere que la audiencia no piense algo no lo diga. Al decirlo queda en claro que usted trama lo contrario y de esa manera lo único que va a lograr es un descrédito general.

Sáquese el “NO” de la cabeza. Sea positivo y honesto.
Cuando les hable de frente y con franqueza la audiencia lo sabrá apreciar y se lo hará saber prestando atención a lo que usted diga.


23. Cómo lograr que nos entiendan



Cómo lograr que nos entiendan

Es sumamente importante que nuestro mensaje sea entendido por quien lo recibe, hablar ante personas de background diverso, pudiendo producirse en esos casos una sensación de que existe una brecha que dificulta la comprensión mutua.
Para asegurarnos que esto no suceda debemos prestar atención constantemente a los signos tanto verbales como no verbales que emite nuestra audiencia.
¿A quién no le ha pasado alguna vez decir algo que consideraba agradable y recibir cierto enfado como respuesta? Si nuestro objetivo había sido que quien nos escuchaba se sintiera elogiado, entonces hemos errado en la forma de conseguirlo.

En principio es necesario conocer exactamente cuál es nuestro objetivo, dado que toda comunicación supone influir en el otro, es fundamental saber que respuesta queremos suscitar. Si estamos atentos a las respuestas que obtenemos, sabremos si vamos por buen camino o debemos cambiar de rumbo. Estos son principios básicos de un buen comunicador, sabe a dónde quiere llegar y evalúa permanentemente si está siguiendo el camino correcto, si descubre que se ha desviado retoma su rumbo. Para esto se debe ser flexible, si no se obtiene la respuesta que se busca lo más indicado es cambiar, hacer cualquier otra cosa, ya que si se continúa haciendo lo mismo se obtendrán las mismas respuestas.

No todos los seres humanos somos iguales, por lo tanto no respondemos de igual manera a los mismos estímulos, eso implica que no podemos tratar a todas las personas del mismo modo. Sólo si estamos atentos a las respuestas que generamos y somos lo suficientemente flexibles para modificar nuestro comportamiento cada vez que nos alejamos de la meta podremos aumentar las posibilidades de alcanzarla. Para ello suele ser de gran utilidad creer que uno es el responsable de la respuesta generada en el otro, si bien esto es cuestionable, al adoptar esta creencia es más sencillo producir los cambios necesarios en nuestra propia conducta, que inevitablemente influirán en la del otro, y sin duda es más fácil y dinámico variar nuestro modo de comunicación de acuerdo a quien nos dirijamos, que pretender que todos los que nos escuchan se amolden a nosotros.
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Re: Cómo hablar en público: Oratoria y Expresión Oral

Mensaje por sonny » Sab Ene 05, 2008 05:06

24. Principios de credibilidad


Principios de credibilidad

No importa a quién le estés hablando. Ya sea a un grupo de mil personas, a la audiencia de una radio o de un programa de televisión, o a una sola persona en la privacidad de tu oficina, mucho recae en tu habilidad para encontrar una manera creíble y honesta. La buenas intenciones no alcanzan. Muchos oradores abiertos y honestos han dado la impresión de desconfianza y deshonestidad debido a una falta de entendimiento sobre cómo estructurar el contenido, y cómo usar un estilo de lenguaje y oralidad para alcanzar una actitud creíble. En esta columna, tomada de algunas notas de nuestro seminario “Lidiando con grupos hostiles”, te ofrecemos compartir algunos consejos útiles contigo.

¿Qué significa credibilidad?

Serás considerado una persona creíble cuando seas capaz de:

- Parecer relativamente imparcial

- Parecer uno más con la audiencia

- Comunicarte en formas que la audiencia entienda

- Demostrar que entiendes las opiniones de la audiencia

- No parecer que estas a la defensiva o eres agresivo

- No sobre reaccionar ante la crítica

Consejos específicos

1. No exageres o ignores las críticas que la audiencia pueda hacer desde su punto de vista. Las investigaciones sugieren que una combinación de centrarse en las pruebas para apoyar tu posición COMO considerar las objeciones es la alternativa más efectiva.

2. Prevé estas objeciones al mencionarle a la audiencia que a ti también te preocupan. Por ejemplo: “Sé que algunos de ustedes pueden estar pensando (completar con la objeción). Déjenme decirles que...”

Esto es mucho mejor que ignorarlo hasta que un integrante de la audiencia te ataca con una objeción.

3. Haz coincidir tu lenguaje con el de la audiencia. Esto quiere decir que te abstengas de cualquier lenguaje burocrático y abreviaciones, a menos que toda tu audiencia esté familiarizada con él. Aún así, explica las abreviaciones.

4. Haz coincidir tu lenguaje con los niveles de educación avanzados y dialectos de los integrantes de la audiencia. No uses grandes palabras, o un lenguaje que no sea usado en el mundo en que tu audiencia se desenvuelve. Tampoco uses oraciones largas y complicadas. Habla como ellos!

5. Siempre que sea posible, NO LEAS UN DISCURSO PREPARADO. Esto reduce tu poder de influencia y credibilidad. Muy poca gente es capaz de leer un discurso de manera efectiva. La mayoría de los intentos de lectura te hacen quedar como alguien poco seguro, rígido y artificial. La lectura de citas textuales ocasionales, sin embargo, esta bien.

6. Generalmente, un atril te separa de la audiencia. Considera el uso de un micrófono sin cable para que puedas alejarte del atril, o deshacerte de él por completo. No obstante, si no tiene otra opción más que usar un atril, no uses un DEATH GRIP sobre él. La audiencia verá esto como desagradable y estructurado. Por cierto, el caminar de aquí para allá es una actividad muy relajante para ti (usualmente), y es más interesante para la audiencia.

7. Usa una estructura bien organizada para tu presentación. Usa el viejo refrán: Diles lo que vas a decirles. Luego díselos. Luego diles lo que les dijiste. Esto se corresponde con la introducción, el cuerpo y la conclusión/resumen.

8. Al usar la estructura arriba mencionada, indica en tu apertura que a algunos le surgirán preguntas o dudas que tu responderás. Luego, en tu cuerpo, presenta los das miradas. Tal vez quieras enfatizar algún comentario positivo en particular que hayas identificado.

9. Habla con energía e intensidad para demostrar tu compromiso hacia tu tema, pero no saltes de la trinchera, y sonar como un predicador o un vendedor.

10. Haz un esfuerzo adicional por hacer contacto visual con la gente en el grupo. Los oyentes necesitan sentir que tu preocupación principal es cada uno de ellos, no venderles las ideas que TU tienes. Por eso, tu quieres parecer tan focalizado en los oyentes como te sea posible.

11. No trates por alcanzar demasiado, o presentar demasiada información. Cuanto más presente, menos es el impacto que cada punto tiene. Al tratar de hacer mucho arriesgas la posibilidad de que los oyentes se pierdan tus puntos principales, o simplemente se pierdas y sientan frustrados.


Conclusión:

Mientras que la mayoría de los consejos que te hemos presentado se relatan cómo sonar creíble en un grupo de personas, la mayoría se aplican también cuando se le habla a individuos. Recuerda que la mejor forma de sonar creíble es centrarse en la audiencia, y en sus preocupaciones, antes que en las tuyas o las preocupaciones de tu gobierno.

Profesor: Lic. Mario Cardoso
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Un Amigo De Verdad
No Conoce De Fronteras,
Cuando A Ti Quiere Llegar
Derrota Miles de Barreras.

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