Resistir tenaz y entero,
sin que ceje ni me doble;
ser madera dura o roble
frente a la tormentas quiero;
y sufrir el aguacero
y el embate de los vientos;
ya soñando en los momentos
más felices de la vida
con humana paz sentida
y alma y pecho bien contentos.
Madera de tronco viejo,
adarga de luchadores
sabedora de rigores,
moraleja, gran consejo;
eso quiero ser, espejo,
de la fuerza que da vida
con su cáscara bruñida
por la gracia de los dioses
entre angelicales voces
ya creciendo bendecida.
Ser madera de la buena
sin temerle a los otoños,
ser ejemplo a mis retoños
ensanchando, pues la vena,
erguido quiero en la arena,
ya mostrando mi resina,
desafiante ante la espina
poner mi pecho y mi lomo,
y bello como el aromo
embriagar a la retina.
De la sierra he de guardarme,
de su filo y del serrucho;
mas no he de temerle mucho
si soy tablón y gendarme,
y en bosques he de abrigarme
camuflado de gran roca;
que aunque leña sea poca
mi aserrín es bien tupido,
que en el Edén he nacido,
gracias a Dios, por su boca.
sin que ceje ni me doble;
ser madera dura o roble
frente a la tormentas quiero;
y sufrir el aguacero
y el embate de los vientos;
ya soñando en los momentos
más felices de la vida
con humana paz sentida
y alma y pecho bien contentos.
Madera de tronco viejo,
adarga de luchadores
sabedora de rigores,
moraleja, gran consejo;
eso quiero ser, espejo,
de la fuerza que da vida
con su cáscara bruñida
por la gracia de los dioses
entre angelicales voces
ya creciendo bendecida.
Ser madera de la buena
sin temerle a los otoños,
ser ejemplo a mis retoños
ensanchando, pues la vena,
erguido quiero en la arena,
ya mostrando mi resina,
desafiante ante la espina
poner mi pecho y mi lomo,
y bello como el aromo
embriagar a la retina.
De la sierra he de guardarme,
de su filo y del serrucho;
mas no he de temerle mucho
si soy tablón y gendarme,
y en bosques he de abrigarme
camuflado de gran roca;
que aunque leña sea poca
mi aserrín es bien tupido,
que en el Edén he nacido,
gracias a Dios, por su boca.
