Florece en el jardín de la alborada
vistiendo de esperanza al corazón
y pone un nuevo acorde a la canción
que invita a ver la tarde liberada.
Sencilla potestad bien heredada,
enciende al alma llena de pasión
y abraza en fuego vivo la razón;
es norte de la esencia conquistada.
Es la llave de luz que abre el camino,
rubio trigo abonado de hermandad
que siega los desvelos del destino
y apuesta a preservar la humanidad.
Sellemos su virtud en pergamino,
que la vida se llama ¡Libertad!
ANA (LA MUKA)