Yo te amaré porque eres dulce
y te regalaré mi corazón
y libaré de tu pezón
el néctar de tu flor
hasta que te rindas
en mis brazos.
Te amaré ciento de veces
en el bosque,
donde anidan los pájaros
y el verde se confunde
con el rumor de la naturaleza
y con la algarabía soñada,
hasta que una luna
en su faz preciosa y redonda
en un tatuaje nocturno
muestre su persiana.
Y te amaré sintiendo el fruto de tu amor
el beso de tus labios y tu proclama.
Serás la eterna poesía que soñó
el poeta al besar tus labios.
Pariremos una estrofa juntos
Seremos hombre y mujer confundidos
con la estridente pasión
de nuestros cuerpos calientes
y al fin, al terminar la batalla
tú serás la reina de mi corazón
y comprenderé que mi vida
vale por ti,
vale un dulce presente
y vale una medalla.