para bañar de luz tu cuerpo entero.
Quisiera ser el viento
y abrazar dulcemente tu cintura.
Ser mar también quisiera
y abrirte por completo mis entrañas.
Quisiera ser tu dueño, tu ventura,
el amor de tu vida,
la sangre que te corre por las venas.
Y, aunque sé que es de Dios,
tu alma con su esencia yo quisiera,
por poseerte toda.
Mas si ello no es posible, deja al menos,
déjame que te quiera.
(Del poemario "Veinte poemas de amor y una canción esperanzada)